Obra de Cecilia Aguado. |
Rituales del Ocultamiento
III
Nosotros no vivimos en ese barrio.
Conocí una mujer
en el club de polo
tan triste que casi me enamora.
Como el mejor wisky irlandés
el exceso nunca cae mal.
Viendo hockey sobre césped hice profundas amistades.
Las señoras adoran mi perfume Antonio Banderas
y en alguna pequeña reuníon con amigas
me muestran
sin dar explicaciones.
Cuando los maridos van al Sur, a cazar jabalíes,
invado sus jardines.
Conozco
sus dormitorios y
sus adicciones.
Evitar ciertas palabras
y repetir los rituales del ocultamiento.
Acá, en el borde del allá, hay perros sarnosos
durmiendo en las veredas.
Yo tengo una bicicleta nueva,
unos Ray Ban auténticos con marco de oro
y adoro llamar a las cosas por su nombre.
Conocí una mujer
en el club de polo
tan triste que casi me enamora.
Como el mejor wisky irlandés
el exceso nunca cae mal.
Viendo hockey sobre césped hice profundas amistades.
Las señoras adoran mi perfume Antonio Banderas
y en alguna pequeña reuníon con amigas
me muestran
sin dar explicaciones.
Cuando los maridos van al Sur, a cazar jabalíes,
invado sus jardines.
Conozco
sus dormitorios y
sus adicciones.
Evitar ciertas palabras
y repetir los rituales del ocultamiento.
Acá, en el borde del allá, hay perros sarnosos
durmiendo en las veredas.
Yo tengo una bicicleta nueva,
unos Ray Ban auténticos con marco de oro
y adoro llamar a las cosas por su nombre.
I
me gustan las putas y las salamandras
noble hierro calor invierno
siempre amistad abrazo
fuerza sonrisa en pie
vino tuco polenta
esquina tacones
algo
como acurrucarse y
a la vez encontrar una salida
madrugadas de llanto
en la vereda
nos cruzamos el insomnio
bajo las ramas de un gomero
papelitos plateados
un desprolijo desenfreno
mezcló los besos que guardaba
para mí
más adentro
el pudor que antes faltó
y ahora sobra
nos aplasta
debería acostumbrarme al rouge
y las caricias
a que alguien me piense el cuerpo
y no me pida
ella busca
un hombre
y no es este hombre que le doy
no es
no lo encuentra
noble hierro calor invierno
siempre amistad abrazo
fuerza sonrisa en pie
vino tuco polenta
esquina tacones
algo
como acurrucarse y
a la vez encontrar una salida
madrugadas de llanto
en la vereda
nos cruzamos el insomnio
bajo las ramas de un gomero
papelitos plateados
un desprolijo desenfreno
mezcló los besos que guardaba
para mí
más adentro
el pudor que antes faltó
y ahora sobra
nos aplasta
debería acostumbrarme al rouge
y las caricias
a que alguien me piense el cuerpo
y no me pida
ella busca
un hombre
y no es este hombre que le doy
no es
no lo encuentra
!!!!!!!!!!!
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