viernes, 31 de enero de 2014

Silvia Arazi



Silvia Arazi (Buenos Aires), La medianera. Una novelita haiku, Interzona, 2013.














Otras puertas

Deja caer la taza sobre la mesa,
olvida el agua que hierve,
se olvida.
En el primer hervor, le dicen.
Atención, le dicen.

Saca la botella de la heladera.
Apaga el fuego.
Un poco más de agua, le dicen.
Un poco más de atención.

El señor la llama desde su cuarto
y le pide un té.

Dora guarda los platos en el aparador blanco,
minuciosamente,
como si fueran secretos,
fugas,
llaves.






Por culpa de su sombrero malva

El gordo que le vende flores
a Claudine
se parece a los ogros de los cuentos.
Redondo y atroz.
Al llegar María Luz con un sombrero malva,
nos reímos todos. Luchi también.

Parece que el mediodía
se hubiera derramado de nosotros,
al bies,
como un palacio solar, como un designio.

Adheridos a esa alegría inútil
nos reímos:
temblamos en el cuerpo,
humedecemos,
(es como si lloráramos)
La risa se debe al sombrero de Luchi,
a la cara del ogro de las flores.
¿O tal vez a otra cosa?









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