Algo de la poesía publicada recientemente en la Argentina.
jueves, 15 de octubre de 2015
Judith Filc
Judith Filc (Buenos Aires/Nueva York), Vida en la tierra, Barnacle, Buenos Aires, 2015.
Baldío
Construyeron las
montañas con la
pulpa
reblandecida de los
cimientos
Los vidrios
(el viento había
arrancado
de cuajo las
ventanas)
convertidos a
piedrazos en
dragones de cinco
cabezas
La puerta
desgajada
para el puente
levadizo
Con las chapas
fabricaron la
muralla
Con los marcos de las
ventanas
guerreros
agazapados
esperando el
enemigo
Afuera
La roja trepa en el
aire
gira y
vuelve a
caer
con
júbilo
ahora es la
verde la que
asciende
la amarilla
El trapo se
mueve
rápido sobre el
parabrisas sin dar
tiempo al
esperado
no
Un pedazo de
hierro oxidado
escarba la
tierra
reseca y
dura y
revela
triunfante
una
culebra
Saltamos la
verja nos
quedamos con la boca
abierta
Tanto
campo
Ahí al fondo,
señalás
Trepamos las
piedras
entramos
nos tiramos
sobre la
paja
No veo la
luna entre
las
barras
oxidadas
Tesoro
La primera
está en el
hueco de un
tronco
media hoja de
bordes
deshilachados
escrita en
cursiva
La segunda
debajo de la
roca donde se
sienta el
viejo con su
perro
La tercera
llegó con el
agua
que
borroneó las
letras
todavía
legibles
El viejo te
mira levantar
piedras
hojas secas
ramas
desgajadas
Se las das
todas
Él las
reconstruye en
papel
nuevo
con su
cursiva apretada
(patas de
araña)
En el
bolsillo del
saco
trae una
caja
perfecta
Las guardás
una por
una
alisando los
bordes
despacio
Corrés a la
orilla y
la enterrás
bien
hondo en
la arena
Pulsión
Cuando me terminé de
dar vuelta lo vi
desnucado
quieto
nos la tenían jurada
Me siento junto a la
ventana
corro la
cortina
el sol se te
clava en los
ojos y del
otro lado del
vidrio
no hay
nada
Todos los que se
van
vuelven
El calor invade el
cuarto
brillante de
luz
Los flashes pueden
venir en
cualquier
momento
lo ves al
Pájaro agacharse se está atando el
cordón de la
zapatilla nike
blanca
De repente como si
tropezara se
cae de
bruces contra el
barro
Me mando
enfierrado hasta las
manos y te
veo
amanecido
caminando entre el
pasto verde con un
porro en la
mano
buscando mi
nombre
Inclinarse por la
ventana
abierta hacia la
luz
asir ese momento
único en el que
sucede
todo
Para leer más: http://issuu.com/barnacle-book/docs/filc