Algo de la poesía publicada recientemente en la Argentina.
jueves, 8 de junio de 2017
Laura López Morales
Laura López Morales (Córdoba), La médula, Borde Perdido Editora, Córdoba, 2016.
Las Piedras
…”porque buscarlas
es congelarse
quedarse en la belleza”…
Diego Cortés
La minúscula piedrita bajo el agua
no brillaba
pero daba sensación de rojo
de calor profundo
y de quemar
si se la sacaba
del territorio de lo inasible
impiedad
aquí hubo un oráculo
y no este rebaño inerte de piedras
que repaso por las tardes:
nacerá la espina
la moradilla infranqueable
los caballos solos
del sur vendrá un imperio
huestes indomables
brotes desgajados
brillará el hueso de la bestia
y sino nada
y sino nada…
impiedad
ay de la luna sobre estas piedras
y su caricia blanda
y su caricia blanda
despertamos
a leer las marcas
las pisadas de la noche
en la arena amanecida
un hombre con sus perros
un caballo
el puma en las proximidades
y una vaca suelta
arrastrando la soga y la rama
a la que fue atada
a las marcas
las tenemos
algunas despejando el camino
otras desentrañando
todas con espinas encapsuladas
hasta que el cuerpo es capaz de rechazarlas
dejarlas caer
y otra vez las lluvias de verano
saber que mientras dormimos
se cierra el monte
de esta tierra era el ángel
con el ala rota a cascotazos
cuidando los muertos de un pueblo del sur
de esta tierra era
pero lo traje aquí
donde el agua no alcanza a ser nieve
y no cuajan las formas
ni el nombre de las cosas
fue un acto de egoísmo
dejarlo mirar estos escombros
estas flores infames
proclives a la más mínima redención
al más ínfimo suspiro
pero quién podrá culparme
de querer un ángel para mi sed
el humo en que cae y se pulveriza
su manera de ser inhumada
no está escrito
no busques con desesperación
porque no está escrito
ni siquiera dicho
florece para nadie
inmensamente roja
hábil
esplendente
un pequeño artilugio para mirar el cielo
y ver con más nitidez
apenas eso
ver con más nitidez
para nada
para nadie
hay palabras
que no designan lo que nombran
no pueden
Patti dijo cisne
y no alcanzó
temo del poder de los deseos
de mirarte mucho
y de encontrarte en medio de lo cotidiano
cuando no pensaba
cuando no sabía que las piedras
.
quebradas por el peso de todo
no vuelven a unirse igual
dejando solo esta fisura
que a veces habitan
las arañas cangrejo
enhebro las piedras de la última tormenta
me lo debo
por no recordar cuando perdí la cuenta
el golpe
la brutalidad de lo pasajero
las señales fueron claras
y duraron un relámpago
la sospecha
a que la tormenta fuera tan mala
que no llegara nunca
que pasara de largo
que solo dejara estas piedras inútiles
y en seco.