jueves, 12 de febrero de 2015

Mario Arteca




Mario Arteca (La Plata), Hotel Babel, Añosluz, col. Tótem, Buenos Aires, 2014.

















VI. El camino del ADN (que incluye un catálogo interminable del "Hotel Babel")

                                                                            a Eduardo Milán


La búsqueda de la procedencia no
fundamenta: por lo tanto, recorre
en tren los distintos países mirando
por la ventanilla. ___________
"Durante las épocas bárbaras deviene
un hombre mejor". Mala respiración
de algunos antepasados que cometen
errores de naturaleza. "... porque le
pertenece a todo el pueblo argentino..."
___________ La casa se encontraba
en una hondonada, al abrigo de todos
los puntos cardinales. La búsqueda
de la procedencia no fundamenta:
nuestra mirada, ya experta, advirtió
el estado de las tierras, de edificios
con tejados de cerámica, en viaje
hacia personas desaparecidas
que infundían un innecesario terror.
___________ Fue una impresión
momentánea, porque eran ellos
los que estaban desaprovechados.
Al no estar ni en un lado ni en otro,
se vive en un estado intermedio.
De la inclemencia, admiro
su hermetismo. Eso es el invierno.
De su piedad, rescato la potestad
de saborear la caída como verificación
del renacimiento. Mi estación es
el otoño. Y en cuanto a la muerte,
hay maneras de temerle. Lo mismo
que las casa, que ardieron. Eso
ocurrió tiempo después. El olor
de un humo acre ______ al que
basta con descifrarle su alfabeto.
Entonces, los hechos menoscaban
cualquier sentido. Lo demás pasa
por la óptica, efectos de la luz.






 L. Del acatamiento (el estilo genuflexo gobierna el "Hotel Babel")

                                                                              a Roberto Apprato


Los días son como hijos del tiempo:
siguen todo lo que trasiega; son
engendro del anterior. Así como
el benjamín es el hijo más nuevo
de los padres, el día último del mundo
puede llamarse novísimo: ese momento
del tiempo que lo cierra. Esta jornada
final pertenece aún al instante, y en él
sucede cierta cosa llamada rendición
de cuentas. La sentencia, beata o réproba:
nequeunt expleri corda tuendo. Virgilio,
Kant. Lo sublime, en parte, a causa
de la oscuridad. Porque la imaginación
trabaja con más fuerza que a plena luz.
Abrigar entonces la esperanza de que
el día final parecerá más el viaje de Elías
y no el estilo –rosáceo— de Korah, alentando
así a la tierra al fin de todas las cosas.
Y el tiempo no será más. Ahora proclaman
una insensatez y ya no habrá en adelante
cambio alguno. Así los padres comieron
de ese árbol, a pesar de la prohibición.