Lucas Soares (CABA), La sorda y el pudor, Mansalva, Buenos Aires, 2016.
falta
poco  
para
que nazca mi hija
tengo
los ojos insomnes 
del
conductor que mira 
el
camino de todos los días
no
entiendo danés 
las
personas que tengo delante 
sólo
mueven los labios
para
los vecinos de arriba soy 
la
santiagueña embarazada   
cuando
Thor vuelve a su casa 
se
duerme mirando el maniquí 
que
Kenia dejó parado frente a la cama 
con
una peluca Marilyn 
y una
corona 
de
flores enroscada 
*
a Lerma
le gustaba repetir: 
el
que pone los signos 
guía
la luz solar es una extravagancia 
por
la que los daneses 
se
arrancan los ojos 
por
mi ventana sólo veo pasar  
pinos
inclinados 
y fragmentos
de
días lluviosos 
*
mientras
hace la cama 
en
la que anoche se acostó 
con
Kenia por última vez 
la
memoria de Thor caracolea 
por
la cabeza pelada 
del
maniquí en declive 
a
Lerma le gustaba repetir:
el
que pone el bolero 
domina
*
en
la pileta del Lawn Tennis Club
los
adolescentes jugaban 
a
hundirse la cabeza 
con
saña 
yo
gozaba la inminencia  
de
cada hundimiento 
Thor
mira fotos de Kenia 
hasta
perder el rostro y terminar 
haciendo
sus muecas en el espejo
