miércoles, 6 de julio de 2016

Consuelo Fraga



Consuelo Fraga (El Palomar, Buenos Aires), Cuaderno rojo, Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2016.























A la Corporación

                                                                                     Is there anybody out there?
                                                                                                           Pink Floyd.


Despreocúpense, yo
no vine acá buscando información.
Es cierto que tampoco fue casual
el sentarme a esta mesa,
que estuviera leyendo en aquel banco
o esperara ese taxi allá en la esquina.
Fue mi necesidad de comprobar
si les pica la piel
cuando el mosquito, el ácaro o el piojo
posan su amenazante cuerpo encima
de vuestra humanidad. Era mi duda.
“No puedo concebir la indiferencia.”
–diría si me fuera ajeno el paño
y no es el caso, tengo
años de permanencia en la familia.
Es ingenuo, por eso, fantasear
con la voz moderada y comprensiva,
sincera, no ofensiva
que avanzará hacia vuestras excelencias
haciéndoles llegar una denuncia:
pasa esto y aquello allá tan lejos
donde mandan a encierro a las personas
con orgullo, tres firmas y ocho sellos.















Mili


¿Está bueno, Mili?
Dicen por acá
que ahí adentro la pasan bomba.
Por ejemplo dicen
que la temperatura es ideal
pero ¿con cuál
otra la compararías
para llegar a semejante conclusión?
¿Te aburre, Mili?
Estar encerrada en la panza
¿se parece en algo a la película
The Truman Show?
Cuando en la parte final
todos en el bar quieren
que el protagonista salga
por fin de aquel océano
artificial y venga a nuestro mundo,
¿baqueteado y caótico?
Quizás, Mili.
Pero tan rico
en espera y deseo.














Plan necio


De vez en cuando tengo ese deseo,
aprovechar las horas de la noche
y mi lista tan larga, que se esfume.
–¡En gard, tareas pendientes, que allí voy!
Y que teman por mí, que se arremanguen
no pasa de esta noche, que lo sepan.
Ellas o yo, mi vida, ellas o yo.














To make your troubles go


Dice
¡Despertador!
y me hace salir del sueño así
de la manito
su voz entrando en mi oído
es un enano de Blancanieves
con el farol y el cayado
suficiente y necesaria herramienta
para penetrar en la mina.