lunes, 9 de marzo de 2015

Daniel Martínez






 


Daniel Martínez (Bahía Blanca, pcia. de Buenos Aires), Iceberg, Colectivo Semilla, Bahía Blanca, 2014.


















Iceberg


                                  todo lo que refleja el espejo de estas palabras
                                                                                                        es el poema
                                                                                            Andrés Montenegro




Antes que nada
un iceberg no es un iceberg
un iceberg es blanco
en su sentido de contradicción
sólo es igual a sí mismo
no hay hielo
no hay mar
podría llamarse
isla
borde
pero lo llamaremos iceberg
a secas
es un todo con su parte visible
se vive a sí mismo
en un espejo infinito de posibilidades
todo lo que no muestra el iceberg
es profundidad
la soledad es apenas un aspecto
todos los iceberg están conectados
en esa profundidad
un iceberg necesita construir
sus propias capas de realidad
luz y sombra es su única verdad
los iceberg nacen y mueren
su profundidad es una
y durará
más que la desaparición
de su parte visible
entender que la esencia del iceberg
y su modo de estar
es vivir de sí y para sí
y no respecto de los otros
su aparente división es ilusión
la religión del iceberg
es la unidad
un único destino
lo otro es lo uno
la dimensión del tiempo
la dimensión del espacio
es un error
el arte del iceberg
es la tensión
su victoria o su derrota
es apariencia
bailan su danza
para que todo sea
no hay nada
fuera de su estructura
su conocimiento
está marcado por los límites
lo que no es
es lo que no se puede conocer
la nada sostiene la profundidad
lo bueno y lo malo
lo bello y lo feo
lo finito y lo eterno
matices que se proyectan
en la apariencia
discurso que siempre
será el rótulo del vacío
disfraz de lo escondido
dos iceberg crecen
juntos como las gotas
de una misma ola
una misma pregunta
en el mar de lo posible
el iceberg se construye
en un único espejo
donde su riesgo es la distorsión
el error es parte
de la verdad del iceberg
sólo así crece
se separa del resto
y busca la totalidad
que abre su corazón de luz
todos los iceberg
tienen un mismo idioma
el blanco escribe sobre el blanco
donde solamente algo es
si se transforma en blanco
los colores no sirven para explicar
la dimensión de su verdad
todos los icebeg son iguales
todos los iceberg son distintos
la igualdad y la desigualdad
son categorías de la apariencia 
todo lo que nace muere
tuvo su parte en la función
la muerte es lo no visible
de la función
ser invisible es ser parte
de la eternidad
la falacia del iceberg
es la mirada de los otros
un fantasma
con que se juzga a sí mismo
el iceberg no tiene
ningún fin específico
es un mapa de sinsentidos
que en su contradicción
se transforma en verdad
es caos
es cosmos
no hay lugar para dios
el blanco no se alimenta de plegarias
sólo de luz
la única manera de comprender
el iceberg es dejar que fluya
su altura debe buscarse
en su profundidad
y allí no hay testigos
el alma del iceberg es el silencio
lo que no es silencio es lo extraño
lo que distrae con su lógica
de la confusión
el canto del iceberg
es la finitud
más allá solo hay respuestas
a lo que no tiene preguntas
su lenguaje muere con la primera palabra
su silencio solo comulga con el silencio
la moral del iceberg
es no obedecer sus reglas
ser siempre su contrario
hallar un camino
donde no hay
no detenerse es el destino del iceberg
sin embargo está siempre en el mismo lugar
cuando pensamos en él
desaparece la respuesta
donde callamos
habita su resplandor
el iceberg nos muestra un camino
donde ir es un no ir
donde ser es una novedad del absurdo
más allá de lo que muere y nace
hay un sentido que no tiene sentido
las palabras mueren
la razón muere
el iceberg sólo precisa
de su ser
su absurdo
su gran ciclo
su vacío
su pureza
su nada