viernes, 28 de agosto de 2015

Romina Funes



Romina Funes (CABA), Todo el paisaje a la sombra, Lamás Médula, Buenos Aires, 2015.





















 








Las chapas de la habitación
elevan mi cuerpo

a puro tajo contra las paredes
lo hacen llegar hasta arriba
y desde allí lo sueltan

el juego se repite una y otra vez
pero lo grave no es eso

lo grave es que no muero.








 




La parte visible
opaco ya el circuito
áspero
esa carne de sangre
viva      seca
esa carne sangre
brecha de mí

soy uno de esos animales
que despellejan vivos
para utilizar su piel

vos lucís el abrigo.






 






Una hoja de menta
silba el nombre que nos contiene

dentro del cubo negro
la hoja    sorda todavía de piel    crece

somos la mitad de la visión      te digo
mientras palidecen y mueren
alrededor de la maceta
aquellos que no pudieron con nosotros

muerdo tus labios y muerdo la hoja:
debajo brilla      excesiva e inmune       la raíz.








 




En la tarde de las pequeñas gotas
aprieto el racimo

¿dónde comenzó?
¿cuándo fue?
¿cómo era?

aquí     sobre mi espalda
en el punto exacto
en que la flor te arrolla con su autonomía
y nos maravilla la precariedad en el gesto
la imagen completa en un punto
mis piernas      que abren de par en par sus tejidos
y embisten a los pescadores para elogiar la noche.