domingo, 26 de diciembre de 2021

Katherine Mansfield por Laura Wittner

 

Katherine Mansfield (Wellington, Nueva Zelanda, 1888 - Fontainebleau, Francia, 1923)

Pájaro de invierno, traducción de Laura Wittner, selección y edición de David Wapner y Roberta Iannamico, ilustraciones de Ana Camusso, Villa Ventana, Editorial Maravilla, col. Los Libros del Lagarto Obrero, 2021.










Winter song


Rain and wind, and wind and rain.

Will the Summer come again?

Rain on houses, on the street,

Wetting all the people’s feet.

Though they run with might and main.

Rain and wind, and wind and rain.

 

Snow and sleet, and sleet and snow.

Will the Winter never go?

What do beggar children do

With no fire to cuddle to,

P’raps with nowhere warm to go?

Snow and sleet, and sleet and snow.

 

Hail and ice, and ice and hail,

Water frozen in the pail.

See the robins, brown and red,

They are waiting to be fed.

Poor dears; battling in the gale!

Hail and ice, and ice and hail.



Canción de invierno

 

Viento y lluvia, lluvia y viento,

¿cuándo acaba este tormento?

Llueve sin parar ni un rato

y se mojan los zapatos

aunque estén en movimiento.

Viento y lluvia, lluvia y viento.

 

Nieve helada, helada nieve,

que el invierno se la lleve.

¿Y los niños sin hogar,

sin un fuego ni un lugar

donde el frío sea más leve?

Nieve helada, helada nieve.

 

Hielo y piedras, piedras, hielo

se congela el pasto, el suelo.

Los petirrojos, mojados

quieren ser alimentados,

¡pobrecitos, sin consuelo!

Hielo y piedras, piedras, hielo.





When I was a bird

 

I climbed up the karaka tree

Into a nest all made of leaves

But soft as feathers.

I made up a song that went on singing all by itself

And hadn’t any words, but got sad at the end.

There were daisies in the grass under the tree.

I said just to try them:

“I’ll bite off your heads and give them to my little children to eat.”

But they didn’t believe I was a bird;

They stayed quite open.

The sky was like a blue nest with white feathers

And the sun was the mother bird keeping it warm.

That’s what my song said: though it hadn’t any words.

Little Brother came up the patch, wheeling his barrow.

I made my dress into wings and kept very quiet.

Then when he was quite near I said: “Sweet, sweet!”

For a moment he looked quite startled;

Then he said: “Pooh, you’re not a bird; I can see your legs.”

But the daisies didn’t really matter,

And Little Brother didn’t really matter;

I felt _just_ like a bird.



Cuando fui pájaro

 

Me trepé al árbol de karaka

llegué hasta un nido hecho de hojas

suaves como plumas.

Inventé una canción que siguió cantándose sola

y no tenía letra pero al final se volvía triste.

Debajo del árbol había margaritas

y las quise provocar:

"Les voy a arrancar la cabeza para alimentar a mis pichones".

Pero no me creyeron que era un pájaro;

siguieron de lo más abiertas.

El cielo era como un nido azul con plumas blancas

y el sol era la mamá pájara que le daba calor.

Eso decía mi canción, aunque no tenía letra.

Vino Hermanito por el pasto, con su carretilla.

Me hice alas con el vestido y me quedé muy quieta.

Cuando estuvo bien cerca dije: "¡chiqui, chiqui!".

Por un momento se sobresaltó;

después dijo: "Buu, no sos un pájaro; se te ven las piernas".

Pero qué me importaban las margaritas

y qué me importaba Hermanito.

Yo me sentí todo un pájaro.





There was a child once

 

There was a child once.

He came to play in my garden;

He was quite pale and silent.

Only when he smiled I knew everything about him,

I knew what he had in his pockets,

And I knew the feel of his hands in my hands

And the most intimate tones of his voice.

I led him down each secret path,

Showing him the hiding-place of all my treasures.

I let him play with them, every one,

I put my singing thoughts in a little silver cage

And gave them to him to keep ...

It was very dark in the garden

But never dark enough for us. On tiptoe we walked among the deepest

shades;

We bathed in the shadow pools beneath the trees,

Pretending we were under the sea.

Once--near the boundary of the garden--

We heard steps passing along the World-road;

O how frightened we were!

I whispered: “Have you ever walked along that road?”

He nodded, and we shook the tears from our eyes....

There was a child once.

He came--quite alone--to play in my garden;

He was pale and silent.

When we met we kissed each other,

But when he went away, we did not even wave.



Hubo una vez un chico

 

Hubo una vez un chico.

Venía a jugar en mi jardín;

era callado y pálido.

Sólo si sonreía yo lograba entenderlo,

sabía qué tenía en los bolsillos,

sabía cómo eran sus manos en mis manos

y los más íntimos tonos de su voz.

Lo llevé por los senderos más secretos,

le mostré dónde escondía cada tesoro.

Lo dejé jugar con todos, uno a uno,

metí en una jaula de plata mis pensamientos cantores

y se los di para que los guardara...

Estaba muy oscuro en el jardín

pero esa oscuridad nunca nos era suficiente. En puntas de pie

cruzábamos las más hondas penumbras;

nos bañábamos en charcos de sombra entre los árboles

fingiendo que estábamos bajo el mar.

Una vez –cerca de la frontera del jardín–

oímos unos pasos en el camino del mundo:

¡cómo nos asustamos!

Susurré: "¿Alguna vez anduviste por ahí?".

Él asintió, y nos secamos las lágrimas...

Hubo una vez un chico.

Venía –muy solo– a jugar en mi jardín;

era callado y pálido.

Un día se marchó, y nunca dijo adiós.





To L. H. B. (1894–1915)

 

Last night for the first time since you were dead

I walked with you, my brother, in a dream.

We were at home again beside the stream

Fringed with tall berry bushes, white and red.

“Don’t touch them: they are poisonous,” I said.

But your hand hovered, and I saw a beam

Of strange, bright laughter flying round your head

And as you stooped I saw the berries gleam.

“Don’t you remember? We called them Dead Man’s Bread!”

I woke and heard the wind moan and the roar

Of the dark water tumbling on the shore.

Where--where is the path of my dream for my eager feet?

By the remembered stream my brother stands

Waiting for me with berries in his hands ...

“These are my body. Sister, take and eat.”



A L. H. B. (1894-1915)

 

Fue la primera vez desde tu muerte

que te encontré en un sueño, hermano mío.

Entre los pinos de frutitos rojos

estábamos en casa, junto al río.

"¡Son venenosos! ¡No te les acerques!,

¡Y no los toques!" te dije a los gritos.

Pero tu mano titubeó; oí risas

y vi que relucían los frutitos.

"¿No te acordás de cómo los llamábamos?

¡El pan del muerto!". Entonces desperté

y oí el gemir del viento y el traspié

del agua oscura sobre la ribera.

¿Dónde quedó el sendero de mis sueños?

Junto a aquel río mi hermano me espera,

las manos llenas de frutos pequeños:

"Son mi cuerpo, servite cuantos quieras."





Winter bird

 

My bird, my darling,

Calling through the cold of afternoon—

Those round, bright notes,

Each one so perfect

Shaken from the other and yet

Hanging together in flashing clusters!

‘The small soft flowers and the ripe fruit

All are gathered.

It is the season now of nuts and berries

And round, bright, flashing drops

In the frozen grass.’


 

Pájaro de invierno

 

Mi pájaro, precioso mío,

gritando entre el frío de la tarde...

¡Esas notas redondas y diáfanas,

cada una tan perfecta

arrancada de las otras y aun así

colgando juntas en racimos titilantes!

"Las flores pequeñitas y la fruta madura

ya fueron cosechadas.

Ahora es la estación de las nueces y las bayas

y de las gotas redondas y diáfanas

titilando sobre el pasto congelado."












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