lunes, 24 de agosto de 2015

Sebastián Hernaiz





Sebastián Hernaiz (CABA), El prejuicio del sexo, Vox, Bahía Blanca, 2014.





















Asado
 
Parece domingo
en la mesa de asado a las cinco de la tarde, se hace atardecer
este mediodía extendiéndose.
Voces conversan,
atardece, domingo
en mesa de vinos, parece continúa
en carne fría, mayonesas. La charla
se agudiza en lo que hoy de los setenta
todavía, y en lo que hoy de hoy no aún pero la carne está
feteada en tabla de madera
y todavía hay coca y ron y whisky
para acompañar la picada.















Repelente
 
No hay mosquitos en el Tigre. El río
está bajo, hace días que no llueve.
Nos sorprende
en nuestras pieles lechosas
el sol seco de media tarde. De nada
nos protege el repelente, la piel
pica de mera incomodidad con el mundo.
Somos adictos a un par de alicientes. Las mujeres,
la mujer, noches ebrias, dos canciones.
No hay repelentes que resistan
al precipitado pasar del día a día. Va a llover pronto,
el río va a crecer. Vamos a quedar por siempre
en esta piel, en esta isla que late.

















Separación
 
Y ahora qué hago con las cosas
como la forma en que guardabas las galletitas
para que no se me humedecieran, con la forma
en que cuidabas que hubiera siempre
agua en la heladera. De sed se agrieta el mundo:
el agua tibia de la canilla deshidrata, me seco
ahora, con las botellas tiradas en cualquier lado,
las galletitas humedeciéndose porque no sé,
no sé. Me evaporo.
Una chica tiene que ser muy linda
para saber guardar con gracia galletitas.