martes, 24 de enero de 2017

Marina Serrano



Marina Serrano (Quequén/Olivos, Buenos Aires), Psiquis anatómica, Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2016.


























Infibulación1
Los enterrados en el patio de los conventos,
en las casas de familia, los que se van por los caños,
encéfalos verdes,
no tienen importancia.
Si se acaba en el acto de dar a luz, que no se sepa.
Si se acaba, que no se sepa. Y si no, que no se sepa.
El no evidente principio de la independencia,
el placer, es la diana desafiante
del hombre.







1 Infibulación: del latín in/

Espinos de acacia enana cierran los bordes, y la sangre corre
por el hueco de una caña.
En nombre del gran desconocido, las mujeres
han vengado su propia ablación con otra.
La rajadura en el tegumento eréctil,
en los labios, deja
errando por la tierra
de la obligación, del sufrimiento,
ese surco
esa ternura, que no puede siquiera llorar
ante la hembra, primate, cetáceo, cánido,
que goza la ingurgitación de su sexo.

/ 'en', 'dentro', 'hacia dentro',más fībula 'hebilla', 'broche', más -ā-tiōn(em) 'acción'. Derivado de palabra antigua infībulātiōn(em) derivado del latín infībulār(e) 'perforar para abrochar'; aplicado al cierre de la vagina mediante un anillo o broche.












Suicidio1
Los zapatos acomodados en la orilla, la pollera oscura,
y el orden de las cosas mínimas,
no como celebración sino por costumbre.
Hunde sus arcos en la pulpa tibia blanda y turbia,
el descanso de la carne es su entrega
a las mordidas de cangrejos que trepan hacia la matriz
por aductores que no tardarán en volverse escarcha.
Otros animales aguardan esa escarcha,
el fin del movimiento, el beneficio de lo que cicla
y se deshace.
Nadie sale del río como ha entrado,
aunque haya entrado muerto.





1 Suicidio: del latín sui/

Nadie es capaz de odiar a otro
tanto
como a sí mismo,
su fuerza y constancia es inaudita,
y mentira infantil
de la violencia, creer
que luego se estará mejor.
Porque no,
no se estará de ninguna manera,
nunca, más allá del amor.

/´de sí mismo´, y caedĕre, ´matar´. Matar, según la DRAE es de origen discutido. Algunos han propuesto que viene de mactare, un vocablo de la lengua religiosa que significa sacrificar (un animal) a los dioses. Pero esta palabra no se usaba para expresar la idea de matar a una persona, la cual se expresaba con occidere, interficere, necare o interimere. Según Corominas, vendría del latín vulgar mattare (golpear) derivado de mattus (estúpido, dio matto en italiano).