domingo, 19 de enero de 2014

Gerardo Curiá




Gerardo Curiá (San Pedro/Buenos Aires), El damero de los sueños, La mariposa y la iguana, 2013.





















En una plaza de cemento


En una plaza de cemento
                                  en el vértice
de dos diagonales que se cortan
un perro ladra a la sombra del verano
         y su ladrido se extiende
         como un trapo roto en el calor
hasta morir en la pared descascarada
del edificio viejo,
que es la misma pared
que recorta la sombra
a la que el perro ladra.










El anciano guarda
en cajas de cartón
todos los objetos inservibles  
de la casa.
Y los ordena
sobre una estantería
de madera rústica
en una pequeña habitación
que tiene en el fondo del patio.
Espera el cansancio de la tarde,
va hacia la habitación,
enciende la radio,
se queda en silencio
mirando las cajas
hasta que lo atrapa el sueño
en la suave humedad
y su cuerpo rústico
cae sobre la mesa
junto al sonido de la radio
que no escucha.






Ha decidido


Ha decidido vivir
sin atarse a los hombres.
Ahora,
sólo le queda el recuerdo
de placeres conquistados
de machos secretos
y mendiga migajas de ternura
en esas niñas
que su sobrino deja que le cuide
los fines de semana.
Después de  todo
ella fue aprendiendo
que la felicidad
es como el viento de la pampa
y arrastra arena en dirección a la distancia.
El secreto está
en tener abiertas 
las palmas de las manos.











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