domingo, 11 de mayo de 2014

Joaquín Valenzuela



Joaquín Valenzuela (Dolores/San Clemente, pcia. de Bs. As.), La casa del deshielo, Huesos de Jibia, 2013.

















la pescadora
la mujer le daba duro a medio mundo

rumbo arriba y un simple:
¡cornalitos! que con las uñas
retiraba de entre los hilos de alambre como
una araña sabia en aguas

ponía

los pececitos en un bidón recortado a
cuchillo y esa era la tarea: verse
en el reflejo de la ría
juntar
fruto de a poco

lo demás: tanques vacíos

sonares secos en lanchas líneas fijas al
fango y a cigüeñas entre
las poses del paseante

la nube al fondo con hebillas en

el pelo pastizales y patos
picazos revoleados todo en
pompa: globo globulinas de
sol ya en el flanco del ¡mirá
qué grande es éste, nene!

y un chico corrió hasta la mujer

abrió la mano
y atragantó al pejerrey por las agallas








que desde los baldíos se levante
que desde una esquina surja en hoja de
papel glaseado en alto y que
oro en hojas palpite sus humedades
pepitas de rocío
el espectáculo de la luz no pare
reflejo laser trópico a tus ojos
lentos levantados
para picar en parpadeo
las cañas
aromos de romero
cien picos sin florescencia
sin inflorescencia
desde las cortaderas hasta la lavanda
y los cítricos reflejos
de planta permanente
un sol flojo












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