Teresa Orbegoso (Lima, Perú/ CABA), Perú, Buenos Aires Poetry, Buenos Aires, 2016.
En el ala petrificada del pelícano: José Watanabe. Reverberación
sin tiempo, escribe en el músico, la voz de la estera. Tierra,
vibráfono. En el batán de lo deforme, José muele el sonido. El
espíritu de César Calvo tiene tres dedos cortados y sopla una
antara en el vacío. La armonía no está en el compositor. En él,
rabia, frustración y lo que no hizo. Un yute rojo y azulado. Sus
ojos no saben ver de cerca. La mala comida del salvaje lo ha
alimentado y el hueso de día, de tarde, de noche. Pinos, hielo, un
lago. El vals libre del viento habla del frío, de la muerte de José
Watanabe. Las gaviotas sobrevuelan, cantan, se despiden de la
mano pequeña. Nadie lo sabe, pero José está en lamontaña.
Tutrompo,padre,girabafrenteatodaslascosasquenopudieron.
Nuestracasayanoeranuestracasa.Otrosvivíanallí,conlaspuertas y
ventanas abiertas. Las habitacionesiluminadas.
Entre la neblina, Blanca, esparce la arena inextinguible de Puerto
Supe, partitura sumergida. Mis pies le temen a las frías aguas de
su mar. Aprender a nadar a los cinco, a los cincuenta y la brisa
congela el paso. Un color ignoto entre dos edades. La luz que
danza sobre las cuerdas rotas del piano. Unos restos que
golpean el cuerpo de Blanca ya vencidoporlaruina.
Aprenderacorrer,areíralossetenta, a los noventa. Una puerta
enterrada y ella contándonos delbarro.
Nosotrosnosveíamoscomoniñosdecincooseisaños,peleandoporun
pedazodepan.Otraeralamadrequenoshabíallamadoalamesay
otrossushijos.Elplatovacío:¿quécomíanenrealidad?
Durante siete días Arguedas camina de espaldas al Sinakara,
llevaveintekilosdehielosobreloshombros.Va a su pacarina, como
si fuera la verdad. Apu, dice. Apu y lo nombra. Apu, se
arrodilla y reza. La montaña está adentro como una caverna,
silenciosa y llena. No hay temor, sólo encuentro en la
desaparición. No hay ofrenda, sólo espíritu. La No Muerte ha
venido a contarle del niño blanco que se perdió, del niño que se
transformó en agua, estrella, vegetación. La No Muerte se ha
despedido, le ha entregado una retama de cuatro colores.
Arguedas sonríe, ha visto correr entre las ruinas alniño.
Mishermanoscomenzaronaentrarunoaunoenmí.Susropashú-
medasolíanaflores,averanosenCarhuazysusvocesencorome
hacíandébil.
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