Raquel Jaduszliwer (San Fernando / vive en CABA)
Ángel de la enunciación, Buenos Aires, Barnacle, 2020.
De "Ángel de la enunciación"
Sí, era como escuchar voces en la antesala del
hospicio
o en el jardín desnudo donde podría haber estado
el paraíso
allá donde los árboles prefieren no haber nacido
árboles
ni morir como árboles
y todo se ve mal hecho, como de agua enrarecida
mientras tanto
una piedra rodaba con esfuerzo
cargaba los pecados del mundo:
ah, helo aquí, este es el núcleo del dolor atómico
todo el peso rodando sobre la tierra ignota
todo el peso del mundo concentrado en una gota de
arena
y así acaba esta historia, se aviene a ser contada
entre los numerosos pliegues
de una noche tardía.
¿Acaso conocías la pulsación del árbol
su corazón con un latido único?
recuerdo ese sonido como de planetas
moviéndose por extensiones que no recorrerás
y si apoyaras tu cabeza en el regazo, en la
aspereza de la astilla
escucharías la voz de la madera
ella te haría sentir un huérfano en tus huesos
y todo te pondría tan de otra medida
tan abstracto te ves en lo viviente
casi sólo una idea, como un animal solo, sin
especie
solo y adentro de tu pensamiento
solo bajo el inmenso poderío del bosque
su camino sombreado entre el cielo y la tierra
tu espíritu vagando por el desorden verde.
Escritura de arena, el viento habla:
“aquí veo tu vida adentro de esta piedra
comarca del ya nunca, aquí yace lo que no te daré
¿ves tu negada consistencia
la oquedad trabajada en lo macizo?
¿la ves labrada en sombra, en humo, en nada?
ah, cómo se te adivina el ser ahí, como una
pérdida
¿lo ves? de esta manera, así
es como se materializa tu existente”.
¿Por qué no tengo alas, madre?
otros las tienen
¿por qué no tengo alas?
las alas que te faltan, hija
han sido resignadas a la ausencia
para que así te estrelles
y quién sabe
algún día
esa podría ser tu obra maestra.
Y el viento dice, el viento nos hace decir:
acepta las virtudes de la duración
por ellas, todo lo que debería retirarse así lo
hará
también tus pertenencias, la manera en que eras
todo lo que la corriente lleva; acéptalo
así llorarás menos
así tendrás más fuerza
cierra tus cuentas, actúa como si todo ya hubiera
concluido
busca el fondo del pozo
en su espejo de agua y en el mayor silencio
verás que hay un suceso extraordinario
aún por consumarse.
De "Descendimiento"
Así como si nada atravesabas la noche
tu viaje iba desde lo mínimo y hacia lo
inexistente
y eso te consolaba
pensaste
valiéndote de los pensamientos vaporosos del sueño
que nada malo podría sucederte
estando ya tan cerca de las últimas cosas
y estar en ese borde
y abandonarlo todo
incluso las palabras para una despedida
te regalaba alivio
y pudiste dormir al fin en medio de la noche
te olvidaste del ángel de la muerte
de cómo se encaramaba sobre la gran ciudad
dispuesta a ser sitiada.
Descendimos como quien baja a un río
nos sorprendió la historia
nos sorprendió la vida sumergida en la historia
sus aguas son oscuras y aun así descendimos
la historia se repite: debajo de un salvado
hay mil hundidos
proseguimos
nos bañamos en aguas de tragedia.
Veo los espacios dejados por las cosas
se lo cuento
a alguien que no está, le hablo a su hueco
desconocida voz para los días como éste
revelación y enigma
algo trasluce.
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