miércoles, 22 de enero de 2014

Roberto Daniel Malatesta



Roberto Daniel Malatesta (Santa Fe), poemas inéditos incluidos en "Roberto Malatesta: 'La revolución es el ocio'", de Ivana Romero, en Revista Poesía Argentina, núm. 4, septiembre de 20013. Disponible en línea en: poesiaargentina.com












Nadie tiene un motor

Nadie tiene un motor.
Nadie avanza unívocamente en base a un mecanismo.
La vida es marcha y contramarcha,
atajos, discontinuidades.
A muchos les encanta enumerar sus logros,
como si sólo todo dependiese de ellos.
A pocos les gusta admitir el azar, la fortuna
o su versión sagrada: el don.
A la gente le gusta compararse con máquinas,
se recrea pensando en dispositivos y engranajes
que puestos a funcionar no se detienen hasta lograr su cometido.
Pero no hay un solo día del hombre
sin su desperfecto, sin su excepción,
y puedo aseverar que lo mejor del hombre
está constituido de excepciones,
que el sentido común es la pobreza del sentido,
que sólo lo excepcional lo identifica
y los seres excepcionales son quienes importan.
Nadie tiene un motor
aunque sea materia de fe en las escuelas.
Las escuelas que engendraron tantas guerras.

                      

Padre peina a su hija


Calmos los astros mientras peino
el cabello de mi hija,
tan suave y lacio.  El peine que desciende
como si ya nunca jamás
fuera a ascender.
Pero cuando mi mano, mi fatigada mano,
todo asidero pierde, es el milagro:
se inicia la ascensión maravillosa,
y ya fulge en la altura y se concede
caer en ese abismo de las mieles,
que curan, un poco, la vida,
muy poco, breve tiempo.
Ahora ella se va al colegio, aprende,
ahora ella se va,
aprende la distancia que de mí la separa.
Pero a mi mano, mi cansada mano
de la ascensión en cuerpo y alma,
de la caída suave,
no la descuida el movimiento.
Ah la quietud del movimiento
le infunde espíritu y la asiste.








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