sábado, 4 de enero de 2014

Valeria Pariso






Valeria Pariso, Paula levanta la persiana, Ediciones AqL, 2013.
















II


A veces el aire se tensa,
cuesta entrarlo sin aferrarse
a un pasamanos,
como si
se respirase hilo sisal.

No es más que un suspiro,
lo que se debate
entre la imposibilidad
y lo infalible.





XVIII



¿Fuiste hoja alguna vez? ¿Apuntaste
la lupa sobre las nervaduras de tu mano?
¿Y de otra mano? ¿Qué sabés
del suplicio de quemarse para siempre
con un rayito de sol?







XXVIII



En el galpón que está enfrente de su casa
hay un depósito de papas.
Los hombres cargan sobre sus espaldas
bolsas de arpillera de cuarenta kilos.
En las siestas de calor,
salen a la vereda, se quitan las remeras,
y se tiran agua fresca con una manguera azul.

De noviembre a marzo,
a esa hora,
Paula levanta la persiana.













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