martes, 24 de diciembre de 2013

Gabriel Gómez Saavedra




Gabriel Gómez Saavedra (Tucumán), Escorial, Huesos de Jibia, 2013.












Una yegua

Con el esqueleto adelantado
y la pata atascada
está.

La yegua
convocando a la última línea del aire
comienza a parir.
Nosotros
hábiles en posterizar
el caníbal del presente
le apuntamos
con las cámaras de los celulares.

Las sombras de las moscas
sudan
carro arriba
el único círculo de fiel arrimada.
La naturaleza
descabezada
ha reproducido el suyo
y puebla el ecosistema
del desamparo.





 

La opción

Por lo menos
antes
teníamos al montecito
como para ubicar la referencia
de las siluetas sensitivas.
Nos acostumbramos a ver
hacerse la luz
desde el suelo de las sombras
cuando éstas
venían inyectadas de sal
por la estrella provinciana del sur.

Ahora
que han bajado el montecito
y el carancho aísla
su embudo de carroña
que pronto trocará
en enloquecida esfera
de infinita nada,
no habrá
opción más práctica
que sentarse frente a las casas
a talarse los ojos.










No hay comentarios:

Publicar un comentario