Cecilia Carballo (Buenos Aires, vivió en Río Grande / vive en CABA)
El vibrar del fuego, Córdoba, Alción, 2019.
Permanecerá el arco iris en la tormenta
el viento entrará por las rendijas
podremos despojarnos de las sombras
oiremos el crujir de la lluvia
cuando no podamos ir
hacia ningún lugar
debemos sentarnos
en la llanura árida
ver pasar el sol
en otros sitios
esperar, esperar.
el viento entrará por las rendijas
podremos despojarnos de las sombras
oiremos el crujir de la lluvia
cuando no podamos ir
hacia ningún lugar
debemos sentarnos
en la llanura árida
ver pasar el sol
en otros sitios
esperar, esperar.
También las vacas lloran
cuando la tormenta azota
y el cielo entre rayos
se parte en dos
con el viento huracanado
corren por la pradera
donde no se ve más el pasto
ni la ardiente cosecha,
parecen lunáticas caminan
en círculos
no saben dónde ir
se agrupan para consolarse
y esperan que la laguna nueva
no las arrastre
en su corriente.
Sus ojos
con el fuego latente
del hambre
cuidan que nadie
se acerque,
son un eco
de la pobreza que gira
a su alrededor
bajo casas precarias
y lagunas
que inundan las calles.
Solo el caballo
come el pasto mojado,
que nace
en baldosas rotas.
Al caminar por el pasto
los pies se hunden
no sabemos qué pisamos
hay que ir en zigzag
sorteando pozos, insectos
piedras
la tierra es una impronta
en nuestras suelas
debemos subir y
volver a caer
tener prisa si olemos
a lluvia.
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