viernes, 3 de enero de 2014

Hugo Francisco Rivella




Hugo Francisco Rivella (Salta/Córdoba), Ojo astillado, Alción editora, 2013.
















Puta ciudad



No puedo dejar de pensar que la ciudad es lo que miro desde la pendiente en que he caído.


 

¿Qué caballos tapan sus ojos?
 


La ciudad es esta niebla en lejanía.
 

Estrellas de basura.
 


Una flor que se aleja hacia un destino trágico.









Antes de las seis


A la muchacha la atropelló un fantasma por eso es que todavía anda penando. 
Habían dado las seis y la cantina mordía en el polvo los restos del estrago. Ella tenía en los labios
la lengua del amante
y la mirada en trance de fugar a la luna.
El fantasma aprovechó aquel trago de ron y de naranjas para abordar su soledad y desmembrarla, 
le susurró al oído una de cafetales e impudicia. 
Le recitó un poema de Jattín, 
le contó del príncipe que por amar a un sapo lo violaron en un torreón del cielo. 
Leyó las líneas de su mano y le dijo que sus destinos estaban cruzados en ese punto del bar y la
penumbra, 
luego besó sus ojos, 
le tocó los pechos, la miró hasta el fondo de la noche. 
Ya nada lo detuvo, 
el fantasma la arrinconó mientras la iba desnudando.
 

Ella le masticó las orejas, los pómulos, el sexo y lo escupió 
justo antes de que dieran las seis. 













Cherubina de Gabriak (versión de Natalia Litvinova)





Cherubina de Gabriak, El espejo equivocado, traducción de Natalia Litvinova, Melón editora, 2013.















Camino sola por el universo
con mi sueño majestuoso,
con mi odio hacia la vida perecedera,
con mi belleza amarga.
El destino me convirtió
en zarina de un trono ilusorio…
La corona de mis trenzas negras glorifica
la curva orgullosa de mi frente.
Pero en los siglos consumidos duermen
todos los que podrían ser amados,
como yo, atormentados por la tristeza,
como yo, solos en sus sueños.
Moriré en la estepa de una tierra extraña
pero romperé el círculo encantado.
¿Para qué son tan tiernas las manos?
¿Por qué Cherubina es un nombre tan frágil?






Espejo

 
Antaño en un  impulso supersticioso

me diste el espejo con marco de plomo,
retuve el fantasma de tu rostro

en el espejo equivocado.

Cuando la melancolía quema el corazón
como gotas de caliente sangre escarlata,
en el espejo veo las cejas curvas
y la odiosa boca pálida.

Es dulce ver nuestras caras juntas,
saber que en esta hora muerta
mi melancolía tocará tus ojos
y te estremecerás en la filosa caricia de la venganza.













Alejandro Schmidt




Alejandro Schmidt (Córdoba), La impropiedad, Pan Comido/Gráfica 29 de Mayo, 2013.














Esta vez, voy a contarlo así

mi padre me abandonó en brazos de una estatua
del bosque surgían máscaras y lobos
la poesía fue otra soledad.










Cosas triviales

                                                          a Luis Benítez



hay gente que escribe demasiado bien cosas triviales
asuntos del corazón, política, accidentes
gente que escribe mal la transparencia, los azufres


alguno que vacila y ya no escribe
otros escriben cuando dudan


gente que escribe sin saberlo
gente que sabe y no lo escribe


gente que se mira
se sienta en lo que escribe
y gente que se quema o se desnuda


hay persona, escritura donde debiera
un grito, un oleaje, ser
hay gente en mí, en vos, que sabe lo que hace y te
destroza
gente que pasa o te ilumina
hay gente adentro del lenguaje
y gente golpeada en lo callado


hay gente que pregunta muchas cosas
y gente que responde
otras cosas


hay gente que escribe los llamados
y gente que reclama y casi escribe


la gente busca gente entre la gente

el mar halla la luz desde la luz

el mar es lo imposible de la sombra


la letra es lo fugaz de la palabra

la voz, perrito del lenguaje

hay gente que escribe demasiado bien cosas triviales
y no encuentra el después


ya no lo encuentra.