martes, 8 de agosto de 2017

Diego Roel



Diego Roel (La Plata, Buenos Aires), Las intemperies del mar, Detodoslosmares, Capilla del Monte, 2017.





















3

El mar quiebra sus lanzas en la luz.

Ya nadie puede con sus ojos ver.

Sobre los anchos omóplatos del sueño
escribí mi historia:
                                   descendí hasta el lugar
donde la sombra inicia su viaje.

Yo escuché el antiguo nombre de las islas,
besé las lápidas.
Dejé mi huella sobre pequeños ataúdes.

Almourol, Armona, Cerro de la Vieja, Isla de Saturno


Mi vida yace en las piedras.












5

Acudo a una sintaxis quebrada
                                                       para decir
lo que está oculto y se revela
detrás del piar de aquellos pájaros.

Esta brisa desvanece
las formas que habitó la luz:
la noche canta en el día.

Hay ecos de lo oscuro en la carne.

Toda palabra sobre su lomo lleva
el signo y el germen de la muerte.


Toda palabra está cubierta de ceniza.












6

El viento se disuelve ahora en lo invisible,
esculpe el color de lo que fuga.

Tus ojos rasgan la coraza de los días
y van detrás de aquella estela:
la luz se derrama y quiebra las vasijas.

El fuego baila en los jardines del agua.


La guerra es la madre de todas las cosas.












10

Preparo un largo viaje.

Voy hacia lo que se deshace y retorna.

Busco la llama en la llama,
el punto dentro del círculo.

Voy hacia las urnas.


Me acuesto donde duermen las cenizas.