domingo, 24 de mayo de 2015

Pablo Natale




Pablo Natale (Córdoba), Viaje al comienzo de la noche, Vox, Bahía Blanca, 2014.
























Noches blancas

Todas esas personas alrededor
que no vas a conocer nunca
¿te preguntaste alguna vez por ellas?


Acá el papel es una capa de hielo congelada
que podría resquebrajarse en cualquier momento.


Podría intentar hundir la mano en él
con una nube de frío en la boca podría decir tu nombre
el lugar donde estás ahora, la cantidad de nieve que cae
el modo en que te apretás las manos, los ojos cerrados
en las orillas de Rusia.
Seguro que hay niños corriendo
seguro que uno de ellos se llama Fedor
otro Vladimir
seguro que uno de ellos lleva un perro blanco
llamado Siberia
y tienen guantes de lana
y piensan en soldados que mueren de pie
lejos de su casa
seguro que otro de ellos te mira y te dice
“ya nadie cree en esas cosas”.


La cantidad de gente que podría llamarse como nosotros.


Estás sentada en una capa de hielo, mirando de un lado al otro.


Estás varada en las orillas de Rusia
apostando todo a nada
con una nube de frío en la boca.











Fotografías de gente en moto

Mr. Williams se compró una moto negra
hace un par de meses
con sus ahorros de docente
soltero y codiciado.
A veces me alcanza hasta casa
y elige siempre los caminos más complicados
se mete por calles que no conoceremos nunca
da con plazas inesperadas y hace rodeos
que parecen meternos en el laberinto de la ciudad
y mientras tanto el frío nos cala los huesos.
Eso me da tiempo para pensar en nosotros
alejarme lentamente de esa moto negra
el pavimento roto, los charcos
las manchas de aceite desconocidas
y la voz de Mr. Williams que me cuenta
en qué consiste la novela que está escribiendo
una novela que habla sobre su vida, dice
sobre los grandes amores de su vida
sobre la forma en que se olvidó de algo
y también, me dice, sobre cómo las palabras
se desgastan de tanto repetirlas
como los chistes malos.
Mr. Williams habla y se ríe con el casco puesto, la voz
derramándose entre la velocidad y el viento
veo la capa de plástico que me separa del mundo
cada calle con su nombre olvidado
las ventanas apagadas
la gente escondida yéndose a dormir
los ladrillos de las casas que no me pertenecerán
nunca
las esquinas en las que podré perderme

cuando llegue la hora y todo sea malo.
Así es que la moto dobla otra vez
y Mr. Williams habla y ríe solo.
Tenemos los cuerpos apenas inclinados
cada vez que tomamos una curva.
Éste es el cordón umbilical
que me lleva de vuelta a casa
y éste es el cordón umbilical
que me conecta de nuevo con el mundo:
aquí está Mr. Williams
aquí estamos nosotros
polvo del polvo
sonriendo para el flash de la cámara
en la ciudad del viento.