martes, 9 de agosto de 2016

Roberto Echavarren



Roberto Echavarren (Montevideo, Uruguay), El monte nativo, Juana Ramírez, 2016.



















La órbita elíptica 
estira lo que se ve, distorsiona
hacia el lejano oblicuo 
el cerca de un Apolo alejandrino,
gana lo lejano,
esa extrañeza salvaje 
que también está aquí,
una hebra de pinocha
resquebraja el hielo, 
una luz ciega al mediodía
ensancha las orlas,
circunferencias crecientes
aparecen al serrar el tronco,
el águila vuela en oblongos,
la voluta, el motivo, 
un torbellino nos revuelve y nos aparta, 
nos devora el maelstrom 
u ondea el feeling suave,
el juego manso de un ampo.  
La forma se deforma,
estira, encorva, 
una elipse apaisada
chorrea tangente
una lluvia de átomos.
Un termómetro  
en el remolino, eso somos,
caras que el viento rompe.