jueves, 19 de febrero de 2015

Susana Szwarc




Susana Szwarc (Chaco/CABA), El ojo de Celan, Alción, Córdoba, 2014.











Trozos 

El ojo hacia ahí: el lomo
brilla como el oro.
El ojo se tienta: ¿lomo
de vaca? ¿Oro de yegua?
¿Lomo de ave?
Las miradas (porque reímos)
hacia nosotros.
¿Es que falta la sal?
(¿y el hambre?)

Brilla el lomo como una embajada
de fiesta.
“Zona antifascista”, pintamos
con el jugo,  la sal del lomo.
Una mordida a la carne, a la frase
del convite.

Pero el lomo hace de espejo atrasado:
se empaña entre recuerdos,
los dos hermanos también ahí:
el del puro donar trabajo,
el del puro donar vicio.
(Esa cosa, la pureza, improbable.)

Como al final de una película
(o el libro amado), te pregunto:
¿la vergüenza habrá de salvar
el océano crudo-cocido, 
el lomo de la humanidad?








Veo cómo te miro


Veo cómo te miro.

Me oigo  escucharte
en estado de excepción (lejos
y otro el dibujito del mapa)
¿Te acordás?, Molloy  golpeaba la cabeza
de su madre: un lugar común si el hecho
se produce en los límites del espacio
conocido: lacasa, lalengua, lapatria.
Desde antes de los tiempos, siempre,
hijos-hijas, rompen jarrones,
piedras, nudillos
sobre las cabezas de las madres
con justa razón.
Atraídos
a la crueldad del mundo,
alejados de las tetas generosas,
heridos los cuerpos por cifras,
bisturíes, pavos reales, guerras,
noches, días, no hay
otra forma de soportar. 
Sólo suma ese golpe a través
de las bruscas generaciones.
(De una función la grieta,
rotunda.  Toc – toc.)   








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