miércoles, 11 de marzo de 2015

Diego Colomba







Diego Colomba (San Nicolás, Buenos Aires/Rosario, Santa Fe), Desaire, Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2014.



 Colaboración de José Villa.















Desaire



Mi mirada se pierde
un instante
en las espigas
altas y amarillas
del campo.

En otro tiempo
ese llano encendido
me mantuvo ocupado
entre esperanzas
y desazones.

Hoy apenas son guiños
burlones de las espigas.

El viento las atraviesa
y deja claros
entre una y otra.

Nada
es lo que siempre sostuvo este aire.











Año nuevo



Los restos del maíz
se acumulan en la troja
para volver a arder.

Papá los junta
con balde
y a pesar de los retos
los dilapida mientras asa.

Como pastos secos
crepitan los marlos
en la parrilla.

En un descuido
del asador
(fue por el calendario
del año que se va
para quemarlo)
probé el vaso
translúcido
que abandonó
en el tapial
y tuve que beber
el agua fresca
del pico de la canilla.

Papá arde
al calor de las brasas
y del alcohol:
revive el fuego
con otro fuego.
Las mujeres también
se cuecen al sol
del mediodía
recostadas en reposeras
con sus corpiños caídos.

Yacen en medio
de un parque raleado.

Nosotros serpenteamos
bajo la parra y las galerías.

Vamos por el agua
tibia hasta los tobillos
de la pileta de lona
pero nos echan
como a cuzcos
con un grito:

¡Ustedes tienen
la sombra!











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