Adriana Márquez (Trenque Lauquen, 1972 / vive en Buenos Aires)
Cuando seamos árboles, Buenos Aires, Ediciones en Danza, 2020.
De "Cuando seamos árboles"
Cuando seamos árboles
tendremos el silencio.
Anidaremos fuera,
expuestos por fin a la tormenta.
Seremos huérfanos.
Vientos de furia moverán las creencias.
Nuestras hojas absorberán el agua
como antes la nostalgia
comía de nuestra médula.
Cuando seamos árboles
tendremos el silencio
que ahora, incesante,
vuela en las mínimas cosas.
Seremos huérfanos.
Pero tendremos frutos.
De "Ramas como huesos"
Permanezcan sentados,
ordena el hombre
y su voz se apaga.
La sortija baila
burlona y desquiciada.
El pelo derramado cae
en ondas que rozan
un armazón de hierro.
El viaje aplaza el tiempo
de madurar las frutas
y en los cestos las moscas
consumen los despojos.
Aún son niños. Que giren.
Dejarse girar no es poca cosa.
Y el pelo, ese bochorno
en la madera
pintada de caballo.
Vivir no es otra cosa que moverse,
pregona el hombre
y enciende las estrellas.
De la galería trae leña.
Entorna la puerta,
mira la noche y la llama:
Mish. Mish.
Llama otra vez.
Suma un chistido.
Nada.
Cuando cierra se oye
un granizo suave,
una uña en el vidrio.
Si será.
Él entra y se acomoda
en toda su extensión de pelo.
Si serás, entrás cuando querés.
Actúan bien. Conocen
de memoria la escena.
Él cierra los ojos y ella
mantiene el mate entre las piernas
como si fuese
su vida, tibia aún.
El fuego apenas logra
parecer amable.
La modorra
se convierte en silencio.
Si será, repite
como hablando al pasado.
Cuando me voy apaga
todas la luces.
Hasta mañana, abuela,
cerrá bien.
Rasco la puerta con la uña
y cruzo hasta mi casa.
De "El viento en las paredes"
Mamá va a morir pronto.
No está moribunda:
anda encendida.
La conozco.
Cuanto más ilumina más esconde:
la vergüenza,
el deseo de no ser.
Todas las madres mueren.
Pero ella sabe cuándo.
Camina entre nosotros
sabiéndose recuerdo.
Mi madre en un parque jurásico,
una era de hielo.
Derrama el testamento
sobre las plantas,
sobre el cantero,
sobre las sandalias
que voy a heredar.
Me conozco:
nunca voy a usarlas.
Ella riega su muerte,
yo muero de sed.
Soy un brote nacido del cemento.
De "Donde se hundan las raíces"
Donde se hundan las raíces,
una memoria de pie.
El nudo de restos
vegetales, excrementos
semillas en descomposición.
Una consciencia muda.
La fiebre de la vida
vuelta amoroso humus.
Las pisadas
asentarán la tierra.
Algunas moscas
vendrán a visitarnos.
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