jueves, 22 de julio de 2021

Loreley El Jaber


Loreley El Jaber 
(Buenos Aires, 1972)

Nunca hay suficiente mar, Rosario, Baltasara Editora, 2020.

 














La huida 


Huye como una ladrona
entre sus brazos lleva escondido
un bulto
Por calles de piedra corre
aún sin luna corre


Ya en el barco
de cara al agua
funde la beba en su pecho
y respira hondo
iluminada por el acero del cuchillo
que imagina él lleva entre los dientes
agazapado en la maleza
a la espera de sus mujeres


O no, quizás
no fue así


Madre soltera en la Siria del 1900
mi abuela huye de noche con mi tía en brazos
Sube al barco y llora
la beba la acompaña y ambas
a su modo
rezan


O no
quizás no


Lo único cierto es que una mujer
sube a un barco en medio de la noche
puede que llore, puede que no
Lo único cierto es que esa mujer toma
a su hija en brazos y corre
por las calles oscuras de su Leselja natal
hacia un barco que es
tiene que ser
destino








Jailan leidi

Parecía una estatua de cara al cielo
los ojos detenidos en una voluta de aire
No hablaba de Galicia
ni de su madre, ni de las tijeras en su cabello
justo antes
Mi abuela nada decía
del viaje, del arribo, de esa soledad cruda
como bienvenida
Cuando le preguntaban repetía
jailan leidi
se reía de ese nombre para el barco de una sirvienta
y sacaba el pañuelo y barría
con fuerza
las palabras de su boca







Ninguna quiso volver

Ninguna quiso volver
Como si ese viaje inicial hubiera sido en verdad
la muestra
de un espacio que se cierra
implacable
Ninguna quiso volver
No había dónde volver
Mi lengua cuenta lo que ellas quieren que cuente
No tengo imágenes de antes de su llegada
No hay vida antes







Burka

Entro a la casa y juego
con la gasa negra de mi abuela
invento un burka y con los ojos
protegidos por la tela
miro desafiante
todo lo que me rodea

No hay oscuridad, como imaginaba
Veo
de hecho
mucho más de lo esperado

Veo a mi abuela y a su madre
veo lo que ellas vieron
cientos de mujeres veo
espantada
mirándome







Autorretrato
 
Soy esa mujer que camina
hacia un mar que ha sido
brutal
desde el comienzo

Hay que conocer su furia
y aun así
querer meterse una
y otra
vez

Nunca hay suficiente mar







He construido una casa
 
Quien se acerque verá
herrajes prestados, objetos antiguos
hojas sueltas
Quien se acerque
verá la paciencia
en una construcción que fue
lenta y trabajosa
De cerca
si se mira bien
las paredes esconden
huecos pequeños
casi
imperceptibles
por donde el viento entra
a veces amoroso
a veces
con furia
 
De cerca
si se mira bien
todo resulta
endeble
 
Con cueros heredados
con manos torpes
como pude
he construido una casa







El viaje
 
Tengo 15 años y estoy en medio de la ruta de un país
del que nada sé
Llegamos a Leselja
Mi padre baja del auto
sube la loma
Va hacia la casa que era de su madre
Entra, recorre con sus manos las paredes vacías
Antes de salir, queda pegado al marco de la puerta
Tengo 15 años y sueño con París
Un chico adivina mi deseo moderno y me invita
a andar en moto
Es la primera vez que siento la velocidad en la piel
Abrazada a una espalda extraña, libero
la cabeza que cae ladeada
veo el campo regado de sol
y a lo lejos
mi padre
fundido en el marco
abrazado a la piedra






Acero

No he vivido ninguna guerra
Sólo sé la guerra de la que huyó mi padre
la larga fila por la ración diaria
los caramelos lamidos del cemento
Sé la violencia sin llanto de mi abuelo
su cuchillo, su
soledad
en medio del bosque

No he vivido ninguna guerra
pero yo también peleo
como me enseñaron
y libero mi lengua de acero
en defensa de una vida
preciosa
en mis manos







Justo yo
 
He decidido salvarme
como quien toma la resolución, como si se pudiera
He decidido salvarme
entrar en el río como quien se sube a un caballo
en el que anduvo por años

Justo yo
que nada sé de río ni de agua
entré al limo como si supiera lidiar
con lo resbaladizo
y dejé que el río me llevara
y
justo yo
fui sirena balsa dorado
fui el brillo del agua
dentro
del agua



  

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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