Santiago Sylvester (Salta), Los casos particulares, Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2014.
(baño en el río)
Moverse con suavidad de sábalo para no golpearse en las
piedras,
evitar la exageración como si estuvieras escribiendo un
poema: que no retumbe, que no sea enfático
para que las cosas se vuelvan auténticas.
El lenguaje del río son las piedras: ahí
dice su canción: es, como la poesía, un reducto de fuerzas vivas
y todo lo que pasa, lo que no se queda quieto
termina siendo una sola, larga, armoniosa solución.
El lenguaje del río
pertenece a la tribu: Dante escribió en dialecto porque ésa
era la lengua en que sus padres se amaron: así
hablaba el río hace siete siglos, decía cosas parecidas a otra
gente que andaba por aquí:
el río, una superstición en tránsito.
En este sitio se moja lo complejo: miradas que han mirado
todo
y flotan en el cauce.
Más que ver, uno siente que ha sido visto.