Tilda (o los animales saciados), San Martín de los Andes, Ed. de la Grieta, 2021.
¡Oh, Tilda!
Tilda,
no hay nada tuyo
más que un cuerpo
lejano y fabuloso,
piel fina y rosada
unas piernas más largas
que las mías,
la luz que tienen
ciertos animales
luego de saciarse
y quedar dormidos
junto a un ojo de agua.
Tilda,
nunca logré preguntarte
cómo se sienten
los clavos
la ropa suave
un cuerpo que permite
no tener edad
rostro, sexo
vencer la manzana de Newton
escupir sobre las leyes de la física.
Tilda,
hace mucho descubrí
que no eras un animal terminado.
Tilda se desliza en la arena
Tilda
tiene cuatro direcciones
cuatro direcciones como el poema.
Es impecable
sabe mantener la distancia
entre sus dedos y el humo
entre la carne, el gesto y alguien
que pueda decir con más precisión
lo que se me escapa en estas líneas.
Tilda
es inestable
como los balcones de madera
en la atemporal ciudad de Cusco,
conoce secretos de los bereberes,
aprendió a desplazarse sobre granos de arena,
también aprendió que nadie posee
un juego de piernas tan ligero
como para no ser derrotado
por su propia sombra.
Su padre era noble
pero bien podría haber sido un carnicero
su madre bebía demasiado para recordarla,
tuvo un hermano hermoso
no está segura.