Alberto Cisnero (La Matanza, Buenos Aires/CABA), Oquei, gracias, Barnacle, Buenos Aires, 2017.
2-
y sí dije sí lo
haré sí. hasta que no quede más
que la madera
sana. yo también quiero llorar
o tener un
secreto digno de encubrir, algo
para completar
con palabras. cuando algunas
tardes tu
nombre asoma. trémulo en el estanque,
más diáfano que
cualquiera. a persuadirme
no sé de qué. a
hacerme creer que estoy vivo.
que en este
libro hago el papel de alguien
que escribe un
libro.
5-
verter algo en
la fibra óptica. comunicarnos
no un mensaje
en la forma clásica, sino la forma
completa de un
deseo, huidizos y apartados
en los charcos,
sumidos en un tranquilo orar.
decirnos algo
bello y sucio que nos acerque
cada vez más,
en plena duermevela. en la raridad
del otro mundo,
sin raciones escasas, tendidos
sobre la maleza
para mirar las nubes o leyendo
al recluso de
charenton con diccionario.
nota bene: su
rostro se ve diferente mientras
duerme. le
añadí una pequeña explicación,
una lista de
cosas que me dan miedo.
6-
cada núbil
madrugada, cada signo
y cada espacio,
las luces y el núcleo de la llovizna;
frágiles pétalos, tudescos. el núcleo de
esa flor
es a veces
negro. tenelos en la mano, cuidalos.
y si integran
un sueño verdadero,
que se
pulvericen encuadernados en un volumen
o donde más
quieras vos. en este lugar
de la pampa ha
estado lloviendo
toda la noche.
quería que lo supieses,
por si me muero
mientras duermo.
10-
sucedió todo
eso, sucedió y ya no sucede.
algo vivo y
quizá definitivo que, como un dique,
tenía su punto
de menor resistencia.
sin que yo lo
merezca, me favoreció en la niebla
o las nubes,
según hubiera sol o lloviese. uno
espera y se
despide de lo mismo. agua lustral
hasta el agua
de los caños. ni el oro, ni la paga:
tengas noche
feliz y dulce sueño. te doy estas
señales. el
rumor, luego lo abrupto. surgirán
ya las flores.
si de eso hablábamos.
13-
ahora te hablo
y por consiguiente igual
que los
grillos, de la basura me alimento
en cada palabra
cifrada entre las manchas,
noto la
aceleración y la inminencia que aguarda
tras éstas,
instadas a leve fatiga, sin pretender
la sublime
esfera sino otro periplo a resguardo
de mi
conciencia. vienen de otra parte. aun
en los momentos
difíciles y en momentos
de descuido, pienso
en esos instantes. es bueno
tenerlos
presentes. a veces cántaro, a veces
piedra y arena.
todo vacila con la lluvia. quería
decírtelo, como
cuando dije algo que no se oyó.
20-
porque forma
parte del trato. no importa cuánto
o qué haya
borroneado. lo que urdo es para vos.
el amor
interesado de un animal. te incluyo.
aunque no
aduzcan fines pulcros mis recursis,
su contenido de
frasco de tinta. y de la bondad
provechosa del
sol y las flores, nada sabía
de ellos. ni
sus nombres ni sus rostros.
pero entonces
no te conocía. una medida
del tiempo. y
pisoteo querubes, elixires,
estelas. cada
día. porque sé cómo
partir y
regresar.