Juana Roggero (Buenos Aires), Morir delante de papá y mamá, Viajero insomne, Buenos Aires, 2016.
navidad
le dije papá frená el auto
me había invadido una plaga de insectos
todo mi cuerpo estaba lleno de bichos
y de serpientes
y de lombrices
me estaba muriendo lo sabía
sabía que cuando terminara el festejo
me iba a morir
no podía respirar y respiraba
mi cuerpo era una cárcel
y yo seguía lúcida
y sabía que me iba
delante de papá y mamá
ahí al lado de la ruta
pasaban autos con alegría navideña
lucecitas de colores
yo me atragantaba
mis brazos
estaban comidos por animales
no podía tocar a mamá no dejaba
que me acariciara ni que me abrazara
no podía
tenía que irme y era urgente
que llamaran a una ambulancia
quería irme en ambulancia sí
el auto parado en medio de la ruta
la noche de navidad
no me salía el vómito
me ahogaba
mis órganos estaban rotos
mi sangre se iba apagando
me iba a morir y era hermoso
que fuera así y a la vista
de papá y mamá
y sin dejar que me tocaran que me hablaran
sin dejar
de respirar
tan lúcida
el cachetazo llega justo a tiempo
para corregirme
de mis excesos
de mi desmedido amor al
sol
de haber deseado
el cachetazo es exacto
se clava en el medio del
rostro
y me corrige
de haberme permitido
soñar con un viento de
lobos
sonreírle al mar cuando
atardece
qué precisión de golpe
la sangre se desparrama
hermosa
por la mejilla por la
nariz
puedo oler la arena sucia
sé que no es justo bailar
cada noche con los
animales
la mirada queda consumida
y ausente para siempre
la piel se rompe
en línea recta al
cachetazo
tan firme y perfecto
otra vez me volví un caballo
con las crines
desordenadas
había creído que esta vez
había creído que
había creído
y esa otra vez entonces
la de siempre
mi devenir caballo
chorreado
de hilos de sangre baba
de alcohólico
“alguna sonrisa materna
que me acomode por favor”
el pelo rabioso y lleno
de preguntas otra vez
haber creído en
enterrar lo que está
enterrado
muerta de hambre
de amores que nunca
brillan
de amores
que se mueren
de necesidad
visita
hoy papá me
preguntó
qué tal van
las cosas
en mi
relación
me vino a
visitar al mediodía
trajo todas
esas carpetas
con las que
anda en la semana
se tomó su
café con cigarrillo obligado
y volvió a
reírse
de que no compro
leche
siempre me
pregunta
quién me
metió eso en la cabeza
siempre
cree que otros
me meten
cosas en la cabeza
compraría
leche solo para papá
aunque se
me pudriera cada semana
pienso
pero no
complacerlo en este detalle
me libera
un poco
entonces
mira mis cosas
abre mi
heladera por pura curiosidad
y hablamos
de mis mareos
de mi
extrema sensibilidad
me escucho
hablarle del inconsciente
de cómo eso
maneja todo nuestro cuerpo
y me siento
un poco tonta
pero él
escucha
y yo lo
miro
y no quiero
hablarle de mi relación
es como si
eso
nos pusiera
a mil kilómetros
quiero
hablar de cosas que él pueda admirar
le muestro
mi libro
le hablo
del viaje que se viene
quiero
saber qué lugares visitó él
quiero
haber viajado con él
creo que
nunca sé del todo
cuánto le interesan
mis relatos
o cuánto le
intereso yo
y así como
de la nada
mientras se
levanta para irse
ahí me
lanza la pregunta sobre mi relación
no nos
miramos
le digo
bastante bien mientras ordeno algo
y no sé si
quiero que se alegre
hablar de
mi relación
es meter a
un intruso entre nosotros
porque me
vino a visitar y somos solo él y yo
me aconseja
que no peleemos en el viaje
no no ya lo
hablamos le digo
y ya se
está yendo
y me invade
una angustia desmedida
fue tan
breve y amable nuestro rato
que no
quisiera soltarlo
y me quedo
en casa
pensando por
qué me deja sola
con todo
esto