Nunca
hay suficiente mar, Rosario,
Baltasara Editora, 2020.
La
huida
Huye como una ladrona
entre sus brazos lleva escondidoun bulto
Por calles de piedra corre
aún sin luna corre
Ya en el barco
de cara al agua
funde la beba en su pecho
y respira hondo
iluminada por el acero del cuchillo
que imagina él lleva entre los dientes
agazapado en la maleza
a la espera de sus mujeres
O no, quizás
no fue así
Madre soltera en la Siria del 1900
mi abuela huye de noche con mi tía en brazos
Sube al barco y llora
la beba la acompaña y ambas
a su modo
rezan
O no
quizás no
Lo único cierto es que una mujer
sube a un barco en medio de la noche
puede que llore, puede que no
Lo único cierto es que esa mujer toma
a su hija en brazos y corre
por las calles oscuras de su Leselja natal
hacia un barco que es
tiene que ser
destino
Jailan leidi
Parecía una estatua de cara al cielo
los ojos detenidos en una voluta de aire
No hablaba de Galicia
ni de su madre, ni de las tijeras en su cabello
justo antes
Mi abuela nada decía
del viaje, del arribo, de esa soledad cruda
como bienvenida
Cuando le preguntaban repetía
jailan leidi
se reía de ese nombre para el barco de una sirvienta
y sacaba el pañuelo y barría
con fuerza
las palabras de su boca
Ninguna quiso volver
Ninguna quiso volver
Como si ese viaje inicial
hubiera sido en verdad
la muestra
de un espacio que se cierra
implacable
Ninguna quiso volver
No había dónde volver
Mi lengua cuenta lo que ellas
quieren que cuente
No tengo imágenes de antes de
su llegada
No hay vida antes
Burka
Entro a la casa y juego
con la gasa negra de mi
abuela
invento un burka y con los
ojos
protegidos por la tela
miro desafiante
todo lo que me rodea
No hay oscuridad, como
imaginaba
Veo
de hecho
mucho más de lo esperado
Veo a mi abuela y a su madre
veo lo que ellas vieron
cientos de mujeres veo
espantada
mirándome
Autorretrato
Soy esa mujer que camina
hacia un mar que ha sido
brutal
desde el comienzo
Hay que conocer su furia
y aun así
querer meterse una
y otra
vez
Nunca hay suficiente mar
He construido una casa
Quien se acerque verá
herrajes prestados, objetos
antiguos
hojas sueltas
Quien se acerque
verá la paciencia
en una construcción que fue
lenta y trabajosa
De cerca
si se mira bien
las paredes esconden
huecos pequeños
casi
imperceptibles
por donde el viento entra
a veces amoroso
a veces
con furia
De cerca
si se mira bien
todo resulta
endeble
Con cueros heredados
con manos torpes
como pude
he construido una casa
El viaje
Tengo
15 años y estoy en medio de la ruta de un país
del
que nada sé
Llegamos
a Leselja
Mi
padre baja del auto
sube
la loma
Va
hacia la casa que era de su madre
Entra,
recorre con sus manos las paredes vacías
Antes
de salir, queda pegado al marco de la puerta
Tengo
15 años y sueño con París
Un
chico adivina mi deseo moderno y me invita
a
andar en moto
Es
la primera vez que siento la velocidad en la piel
Abrazada
a una espalda extraña, libero
la
cabeza que cae ladeada
veo el campo regado
de sol
y
a lo lejos
mi
padre
fundido
en el marco
abrazado a la piedra
Acero
No he vivido ninguna guerra
Sólo sé la guerra de la que huyó mi padre
la larga fila por la ración diaria
los caramelos lamidos del cemento
Sé la violencia sin llanto de mi abuelo
su cuchillo, su
soledad
en medio del bosque
No he vivido ninguna guerra
pero yo también peleo
como me enseñaron
y libero mi lengua de acero
en defensa de una vida
preciosa
en mis manos
Justo yo
He decidido
salvarme
como quien
toma la resolución, como si se pudiera
He decidido
salvarme
entrar en
el río como quien se sube a un caballo
en el que
anduvo por años
Justo yo
que nada sé
de río ni de agua
entré al
limo como si supiera lidiar
con lo
resbaladizo
y dejé que
el río me llevara
y
justo yo
fui sirena
balsa dorado
fui el brillo del agua
dentro
del agua