Laura López Morales (Villa Dolores, Córdoba), Las desperdigadas minucias, Barnacle, Buenos Aires, 2015.
Mi madre
toda ella se fue del guadal un día
de la escasez dice
para que yo
con idéntica escasez
viva entre los árboles.
A estas costas
llegan los domingos
y lo que se queda en la arena
para siempre
yo no he sabido volver
de antiguos nombres
pequeños ojos de agua
que la luna vuelve blancos.
Asomarse al pozo
no tenía otro sentido
que el de hacer retumbar
las voces y las risas
de aquella negrura
volvía un eco
más hondo que el agua.