domingo, 20 de diciembre de 2020

Cecilia A. Olguín


Cecilia A. Olguín
(Neuquén, 1976 / vive en Córdoba)


Jardín animal, Buenos Aires, Barnacle, 2020.









 

 

 

 

                    Es a la madera que consume que el fuego le debe el ser fuego; como el bosque, al fuego que lo reduce a las cenizas, le debe el haber dejado de ser un bosque.

Edmond Jabès

 

Patio

 

Desde la periferia crece

aquello que acabará

con la inmovilidad del páramo.

 

El desierto, removido,

avanza hacia un jardín.

 

 


Removido


Las nuevas hojas nacen

con la nervadura al viento.

Sollozan solas.  

 

 


Nervadura

 

La raíz perversa

también florece.

No respeta estación.

 

 


Perversa

 

Desmalezar,

dispositivo vital

ante la ferocidad

de lo arraigado.

 

 


Vital

 

Aquella flor,

la de los labios abiertos,

la que paga la sed.

 

 

 

Abiertos

 

La lluvia en el hibisco

—manantial de colibrí—

no apaga

cualquier sed.

 



Manantial

 

Si ese edén resulta posible

¿Por qué la animal maúlla

con tanta desesperación?

 

 


Desesperación

 

No, la puerta que abre;

tampoco, el marco que hospeda.

El problema residiría

en la imposibilidad de componer

sin sollozos el encuentro.

 

 


Encuentro

 

Una sombra reposa en otra sombra.

Crece lo inasible, feraz

al escondite de la luz.