Selva Dipasquale (Buenos Aires), La sombra de la mano, Buenos Aires, Zindo & Gafuri, 2015.
Por más que se ubique una piedra pequeña y negra en el centro de la reverberación circular nos despedimos en la turbulencia –sin memoria– arrasadora de nuestra raíz oscura que ahora navega hacia una oscuridad mayor.
La textura del oleaje
hace nacer una mujer
con brazos de hojas puntiagudas y cabeza de luna nueva.
La textura de la luz de la luna nueva
hace nacer
un oleaje.
El corazón se escarpa y en las nubes se abren bocas para aullar.
Por más que se hunda la mano en la tierra
en el cielo
en la misma piel
la muerte queda
de relieve.
Pequeños objetos en flotación:
¿vienen de la raíz del mundo?
vidrios, residuos, huesos
el crack de las cosas
pequeños mundos
delicados, humanos
construidos
con atención
buscando dónde anclar
su propia raíz.
Cuerpos sobrevivientes la línea de agua hasta los ojos cuerpos
hinchados de agua desprendiéndose del muro cuerpos
descascándose la memoria de las cosas cayendo las cosas
retumbando.