martes, 2 de febrero de 2016

Alberto Cisnero


Alberto Cisnero (Buenos Aires), Ajab, Barnacle, Buenos Aires, 2016.





















1-

aquí dentro consignan en el papel
que entre pagar y ser pagado existe
la diferencia del mundo y se consigna
también la vida, el raro dato, de un hombre
en un solo volumen, y si usted
se comide a la inspección de ese mundo
tembloroso, se hundirá sin recuerdo
en torno a otros tipos que emprenden
su derrota hacia el sur, alborotando
una ballena, cuyo cuerpo congrega
todos los colores, y no es por demás
conozca el mar. como llegó a suceder.







2-

es la noche que profiero y titila
sobre mi cabeza simétricamente
la constelación y en un mismo tono
de estupidez y regocijo encrepo
al mar, oyendo su música intacta,
cosas finidas y compuetas por huesos
y sueños y que no han de volver
con el trémulo albor o la espuma
sucia de la marea.







3-

pero adiciono, a la serie interminable,
entre escombros de coral derrumbado,
otro atisbo, mientras la velocidad capta
y difumina la aspersión de un débil
cúmulo de sal, sangre vertida otrora.
yo no sé si es bueno o malo a la manera
mejor de agradecer cuando en un sueño
nos es revelado un nombre, invocarlo.







4-

había una vez un hombre (treinta y dos años
de temerse y de pernoctar bajo los puentes)
que, sin atinar a explicarse de la riqueza
de los ricos y de la miseria del semejante,
la función social de la tierra o si viviría
más allá de ese día, en el contraluz ambulaba
apartando moscas lánguidamente. él estaba
loco y era un asesino, y vio allí algunos barcos.







5-

nada tenía ni lo iba a tener jamás.
en su historia él incitaba las negras cuentas
de un gregario, tan poca caridad y amor
tan poco, empeñado en ver extinguirse
las estrellas, circuirlas sin protestas hasta
dejar inactivo el pasado. y lo mismo
si hubiera ocurrido todo de nuevo
o de otra manera, sonreiría al contemplarte.