Rita Kratsman (Buenos Aires, 1940)
Cuerpos con música de fondo, Buenos Aires, El jardín de las delicias, 2019.
De "el ritmo, también desenvuelve paisaje..."
hay un espacio y un tiempo
en que se escucha por primera vez una música
y el momento resulta sublime
pero sabés que llega antes o después de algo
omitiendo el Universo toma cuerpo un ritmo pesante
y nos lanzamos con todo lo selecto
y caemos a plomo mientras el aire ni siquiera parpadea
¿acaso se trata de una inquietud marfilina?
acordate de que el bosque está siempre visible
en 1912 Schönberg sacó del arca de sus dones
una nota desnuda, el efecto
pulsa las cuerdas altas del viento
dejando que los tonos bajos definan otras cosas
y el miedo hasta en una brizna de polvo
o en el vuelo confuso de un pájaro
la debilidad reciente
comprueba que todo se repite
y si soñás con una bengala en la oscuridad
es probable que tu nombre
desaparezca con el resplandor
si es que hubo al principio algo
no hay ahora palabras
para describir la entrampada obsesión
por un mar tranquilo
que no dé contra la costa insatisfecha en
un paisaje de escollos
una obsesión por las mareas dóciles
primarias en el sentido
en que uno entiende las cosas
no hay palabras, no hay
una verdad que se refleje en un cuarzo brillante
estallan en expansiones sucesivas
y ni siquiera un balbuceo se asienta en el poeta
¿qué tiene de malo decir entonces?
nadie muere de serenidad:
el alma ruge
y tose*
* el ritmo de las pulsaciones anula una razón lógica
las manos se entienden hacia el aire, acaso
hacia lo que después seríamos
puede sin embargo aparecer de nuevo el otoño con
su ritual de pequeñas ráfagas y
motivos casi armónicos
fuimos ¿qué somos?
medida en grados la ciudad es un infierno
un árbol viejo, escuálido
echa sombra a una tuna sedienta
sabiduría de lo sutil contenida en el gesto
refinado como un fragmento de Fauré
¿qué son los años para alguien que acepta la mortalidad
con naturalidad? y que lejos
de su condición y aun estando al borde del abismo
infunde coraje a quien más lo necesita
¿alguien apoya el oído sobre el corazón de la Tierra?
¿y si se hundiera
se elevaría igual una vara de genciana tan erguida?
un pájaro sobre la proa de ese árbol
canta
para ir todavía más lejos
De "... y se libera, hasta que..."
cuando me preguntaste
y dije ahora floto, quise decir otra cosa
la belleza es frágil
como una contracción que rompe el verso y su ritmo
¿o se puede ganar una línea convincente
sin el riego de hundirse en un pantano?
la magia pasa de largo y la oscuridad es parte de lo mismo
se retrocede entonces
hasta llegar más de una vez al silencio absoluto
aunque se escribe para no saber lo que el silencio significa
emana un vapor rojizo acentuando la humedad
y ya nada se puede definir, sí, te dije
ahora floto, respuesta que subraya eufemismo
ah las discrepancias, aunque parezcan justificadas
qué bien viene aquel verso de John Giorno
si no te gustan mis océanos
no nades en mi mar*
* aun sabiendo que un mar es
el indicio de otros mares tan desconocidos
como los cuerpos que no alcanzan a ser
y ese ruido de olas, de viento
que sin embargo perdura
la oscuridad deposita lo que puede
y con solo observar cómo
la óptica geométrica incide sobre los cuerpos
te convierte en alguien más para añadir a
esa masa informe, lo cual
daría pie a tu desaparición definitiva
si no fuera que a veces algo irrumpe –nadie parece advertirlo–
y a despecho del mundo
como quien se libera de una encrucijada
pasás a ser la luz de un globo aerostático
contradiciendo la negrura
pero al margen del delirio
hay que decir que también están sojuzgadas
las sienes de las casas, convulsión
de un paisaje oprimido, ¿qué puño se abatió
sobre la chapa nocturna?
continuando el diálogo, y creo habértelo dicho
el mundo es la repetición de una forma rítmica
es difícil irse de una conversación inagotable, tus ruidos discontinuos
confirman que aun así conservan su ritmo y aunque
nadie recupere el hálito perdido
existe descendencia en los árboles y viñas y flores azules
cuando una luz reaviva otras luces
¿dónde estás?
–una tormenta podría evocar la métrica furiosa de sus rayos–
shhhh... que no lo sepa la muerte
necesitamos ver que una forma se libera con
un solfeo de nubes en clave soleada
el efecto sería incierto
de no ser por los pájaros
que al no seguir un principio ornamental
intervienen con sus gloriosos vibratos
no es falaz la insistencia
el paisaje es un tema
del que hay que seguir hablando
no hay formas dudosas, hay
decisiones centrales
y cuerpos que se mueven por atracción gravitatoria
los rayos del sol pueden mimetizarlos
con el paisaje existente
rompiendo las normas de lo perceptible
el ruido se impone sin embargo con sus argumentos
en tiempos así
cualquiera se siente más contenido por una muchedumbre que
por alguna "fuerza de seguridad"
¿y cuánto vale dormir tan custodiado? dice una letra
si cuando cruzás el umbral de tu casa
y te apresa cualquier conjetura te adherís a lo verosímil
el día entonces toma un hecho y lo retuerce
convirtiéndolo en el arte laborioso de una filigrana etrusca
un rumor silba sobre su era:
los puntos de corte no son una elección antojadiza
se justifican en las gomas que crepitan
como espinos al viento
convengamos que la anarquía del humo
pacta con el aire
es sorprendente cómo un paisaje
no es más que un espacio vectorial donde
confluye música de todo tipo
y de golpe vemos algo por todas partes
como una supernova que se manifiesta
en lugares donde antes no se había detectado
nada detiene el encanto de lo que el azar hace con las nubes
o lo que haya hecho en lo que va del año y sin embargo
se respira bajo una cúpula estelar
así un poema
influenciado por la luz que sea, puede ser escrito en una hora
o en mil años por usar un recurso hiperbólico
de algún modo, esto también significa que
para amar se necesita cuerpo
visible como las frutillas que limpiás ahora en tu cocina
aunque la otra parte del Universo
permanezca oculta