La culpa ya no es de tus padres, Buenos Aires, Elemento Disruptivo, 2020.
de a ratos la vida
se vuelve solo
un copy paste
se vuelve solo
un copy paste
para buscar profundidad
navego sobre ventanitas
rastreando algún recuerdo
algo que confirme
que estuvimos a pocos bytes
de distancia
que este hueco en mi cama
no está hecho solamente
de soledad
no existe sutura
ni pulpito
para adherir las veces
que fracasé
ni pulpito
para adherir las veces
que fracasé
esta historia puede ser
la de cualquiera
una chica que lo
supo tener todo
y así como lo tuvo
lo perdió, lo arrojó
desde un tren
una amiga me dijo una vez
que en la oscuridad
los enemigos no pueden reconocerte
que en la oscuridad
los enemigos no pueden reconocerte
lo que nunca entendí es
en qué momento
era necesario
salir de ella
un día salís al balcón
y el viento cruje
la calle sigue igual:
violenta, gris y contestataria
pero vos
tenés una certeza:
la culpa ya no es de tus padres