Cicatriz, Buenos Aires, Halley Ediciones, 2021.
Ahora que pasaron los días de los días
quedaron los caballos
al galope por el cementerio
un perro que me mira
desde el capot del auto
cuatro pájaros que pican
el vidrio en la ventana
un hormiguero en la almohada
y esta enredadera esquizoide
creciendo en mi boca.
El día a día
Es como tener un llanto constante
que gotea en el pecho
o un nido de pájaros
casi muertos.
Esto de ir arrastrándose
por los zócalos
saber que no hay nada
en búsqueda de una comisura
o de un eco de palabra.
Tengo un collar
de gritos amordazados
y este sarcasmo impuesto
que escupiría en tu cara
como una bala
bien al centro.
Tuve siete u ocho colibríes
libando de mis poros
pasajeros
hicieron nido en mí
por un tiempo.
Pero hay uno
el del hombro derecho
que se quedó para siempre
pintado verde sol
bebiendo de las flores rojas
que me mostraste aquella vez
esas
que no debía olvidar.