I
Real es
lo que
resiste,
ahí
donde el
ángel
precario
que te habita
patalea
enojado.
Real es
lo
que responde
lo que no
preguntaste.
IV
La resis-
tencia de
los materiales
: nada
dice
nada
más.
Como quien
vuelve a
donde
siempre es-
tuvo,
tocar
lo que
no soy, lo que
me pone a ser
lo que no sé
qué puede ser,
lo que ahora,
donde estoy, está.
XV
real es lo que
resiste: amor
al orden
intraducible
del cosmos
hojas amontonadas
junto al cordón
reflejos en
vidrio y metal
que rui-
doso pasa
temblando sin fin
hacia algún fin
ahora y acá
el sol que transparenta
la última de las hojas
que quedan del fresno
no hay miedo ya
no hay maravillas
allá donde las cosas dejan
de decir su nombre, ahora y
acá
XVII
no se juntaron
junto al cordón
las hojas
para que las escribas
ni el brillo del
último sol
ahí, en las cúpulas
ni las manchas
de orina de perro
ni la irrupción
de esa materia
se produjo
para que vengas
y la mires
“ni la irrupción
de esa materia”,
escribo,
“se produjo
para que vengas
y la mires”
XIX
real es
lo que
resiste:
un
paso, dos
atrás:
limpiar las
cosas
de tu pensamiento
percutiendo en las cosas
¿ese ruido son las cosas?
limpiarse
de historia arrumbada
como carcazas
(herrumbre y
vidrios rotos)
una sobre otra y
sin rodar ya,
raudas, al
viento, en
la carretera
de la mente
rumbo al
futuro, ese horizonte
abierto hacia un cielo
de película
XXI
no hay más película
no hay ganas
de pulsar el botón
y que se encienda
lo que impide ver
la tierra arrasada
botellas rotas, bo-
tellas no rotas,
llenas o no,
o aplastadas,
epifanías del papel y el
cartón,
formas de lata y plástico
los consumidos
residuos
del consumo
preguntando algo a nadie
la ocupación
del universo
por letras
que dicen de más
o testimonios
de una civilización
que tal vez sea la tuya
y los relumbres
del último sol
alto en las cúpulas
con lo oscuro ahí nomás
XXIV
Lo que cede al tacto,
esa promesa
de que las cosas vengan a
decirte “estás”.
XXXVI
Lo que se
toca, al tocar
los nombres de las cosas,
son los nombres
de las cosas.
¿No son los
nombres de las cosas
cosas?