lunes, 15 de noviembre de 2021

Daniel Freidemberg

 

Daniel Freidemberg
(Resistencia, 1945 / vive en Buenos Aires)

Un hilo naranja, Buenos Aires, Barnacle, 2021.










 

I

 

Real es

lo que

resiste,

       ahí

 

donde el ángel

precario

que te habita

patalea enojado.

 

Real es

lo que responde

lo que no preguntaste.

 

 

 




IV

 

La resis-

tencia de

los materiales

 

: nada

dice

nada

más.

 

Como quien

vuelve a

donde

siempre es-

tuvo,

tocar

lo que

no soy, lo que

me pone a ser

lo que no sé

qué puede ser,

lo que ahora,

donde estoy, está.

 

 

 

 

 

 

XV

 

real es lo que

resiste: amor

           al orden

intraducible

del cosmos

 

hojas amontonadas

junto al cordón

reflejos en

vidrio y metal

que rui-

doso pasa

temblando sin fin

 

hacia algún fin

 

ahora y acá

 

el sol que transparenta

la última de las hojas

que quedan del fresno

 

no hay miedo ya

no hay maravillas

 

allá donde las cosas dejan

de decir su nombre, ahora y acá

 

 

 

 

 

 

XVII

 

no se juntaron

junto al cordón

las hojas

para que las escribas

 

ni el brillo del

último sol

ahí, en las cúpulas

ni las manchas

de orina de perro

 

ni la irrupción

de esa materia

se produjo

para que vengas

y la mires

 

“ni la irrupción

de esa materia”,

escribo,

“se produjo

para que vengas

       y la mires”

 

 

 

 


 

XIX

 

real es

lo que

resiste:

 

un

paso, dos

atrás:

 

limpiar las

cosas

de tu pensamiento

percutiendo en las cosas

 

¿ese ruido son las cosas?

 

limpiarse

de historia arrumbada

 

como carcazas

(herrumbre y

vidrios rotos)

una sobre otra y

sin rodar ya,

raudas, al

viento, en

la carretera

de la mente

rumbo al

futuro, ese horizonte

abierto hacia un cielo

de película

 

 

 

 

 


XXI

 

no hay más película

no hay ganas

de pulsar el botón

y que se encienda

lo que impide ver

la tierra arrasada

 

botellas rotas, bo-

tellas no rotas,

llenas o no,

o aplastadas,

epifanías del papel y el cartón,

formas de lata y plástico

 

los consumidos

residuos

del consumo

preguntando algo a nadie

 

la ocupación

del universo

por letras

que dicen de más

 

o testimonios

de una civilización

que tal vez sea la tuya

 

y los relumbres

del último sol

alto en las cúpulas

con lo oscuro ahí nomás

 

 

 

 

 

 

XXIV

 

Lo que cede al tacto,

              esa promesa

de que las cosas vengan a

                  decirte “estás”.

 

 

 




XXXVI

 

Lo que se

toca, al tocar

los nombres de las cosas,

son los nombres

                        de las cosas.

¿No son los

nombres de las cosas

                                cosas?