miércoles, 18 de marzo de 2015

Jennifer Strauss (versión de Gabriela Marrón)







Jennifer Strauss, Nacidos en el Sur. Selección de poemas, trad. de Gabriela Marrón, Vacasagrada ediciones, Bahía Blanca, 2014.




Colaboración de Gerónimo Unibaso.

 
















Especies en extinción 


Abandonada la play, 
la niña se acerca,
como siempre, a desayunar:
medialunas y café

"No me gustó mucho
—declara—
la niñera de anoche.
Hablaba demasiado.

No quería dejarme
mirar videos.
Y, sin leer ningún libro,
me contó una historia.

Era muy rara,
sobre una madre, malvada,
que mandaba a su hijita,
sola, al bosque."

Socavados
los cimientos del orden,
late un músculo
en la adusta expresión del adulto.

"Papi —pregunta la niña—
¿Qué es un bosque?
¿Qué es un lobo?
¿Qué es una caperuza?

¿Qué es el rojo?"







 
Vanisihing Species



The child
(computer games abandoned)
comes tidily to breakfast
on coffee and croissants.

`I didn't'
she declares, 'much care
for last night's sitter.
She talked too much.

She wouldn't
let me play my video;
she didn't read from a book,
she talked a story.

It was weird—
there was this naughty mother
sent her little girl out,
all by herself, into the woods.'

The foundations
of order being shaken,
a muscle quivers
in the mock-adult face,

`Daddy' she says
`What are woods?
What's a wolf?
What's a riding hood?

What's a red?'























Fotos de la Patagonia: Ushuaia



Y ahora estamos viendo
la prisión del fin del mundo.

Mandaron a guardar en este hielo
primero a reincidentes
y después
a los que no encajaban
políticamente.
Ninguno escapó.
Afuera del penal por poco te morís de frío,
adentro te morís por poco —incluso
en la oscuridad absoluta
de la celda de castigo bajo
las escaleras donde
ningún cuerpo humano podría
permanecer de pie.

Ahora vacías de todo
salvo de malas vibraciones;
las celdas están siendo renovadas
para el comercio turístico.
Incluso
algún bromista ha pintado
oscuras huellas subiendo una pared
y bajando por la otra.
Pero hoy
no pasa nada.

El diario local reporta trabajadores en huelga
hasta que se instale la calefacción.
En pleno verano,
en el fin del mundo, esta cárcel
es un lugar que puede
todavía helar la sangre









Snaps from Patagonia: Ushuaia



And now we're seeing
the prison at the end of the world.

First recidivists,
then the politically
maladjusted
were despatched here
to be kept on ice. No-one escaped.
Outside the prison
you froze quite to death,
inside, only partly—even
in the utter dark of the punishment cell
under the stairs
where no human body
could stand
upright.

Emptied now
of all but bad vibes;
the cells are being tarted up
for the tourist trade.
Already
some joker has painted
dark footsteps driven
up one wall and down the other.
But today
nothing is happening.

The local paper reports
workers on strike
until heating's installed.
In high summer at the end of the world
this prison's a place
can still chill the blood.