Foto tomada del Facebook de Juan Lima. |
anunciación
clase práctica de botánica
la ramita que crece en la lata de tomate
especies autóctonas
en realidad son cuatro latas con sus cuatro
germinaciones
todas de hojas bipinadas
folíolos múltiples
seis a veintiocho centímetros
desplegadas de día
por la noche cerradas como párpados
follaje azulino
barba de chivo
maldiojo
el ejemplar originario está en una vereda
abandonado
entre arbustos siempreverdes
tamariscos
hay que buscarlo
con el delicado
tacto
del ojo
yo misma voy contando los pasos
hasta verlo aparecer
tras de la loma
su floración de reina
primera vez de una flor
no la olvido:
agrupadas en racimos piramidales
amarillas limón
cinco sépalos alrededor del cáliz
cinco pétalos libres
diez estambres declinados
larguísimos
rojos
rojo rojo
y la gota de polen
novia nocturna de la polilla esfinge
a plena luz del día
del abejorro
¿qué flor es esa? –decía
al amanecer
hora en que
las cosas del mundo
se alumbran de
una en una
como lámparas
resplandecen
de una en una
como milagros
volví a visitarla
la conversación asimétrica
entre mi clasificación
de linneo
y su boca
llamadora de pájaros
es difícil conseguirla en viveros
una belleza demasiado natural
resistente a las sequías
los suelos pobres
la chica del jardín pillahuinco
me dijo
cómo hacerlo
hace dos navidades dejé bolsitas
de tul verde
alrededor de los frutos
pequeñas redes para atrapar semillas
el momento exacto en que la chaucha se abre
suelta su dádiva:
moneditas livianas
brillantes como caramelos mediahora
nueve o diez milímetros
pasaba algunos días a mirarlo
el tul como un adorno
tal vez
alguien pensó en la costumbre
del árbol de diciembre
la espera era la misma
cuando no estaba allí presente
todo queda
temblando
a punto de
caer
de deshacerse
el árbol con los tules
haciendo sus semillas
y mi pequeña trampa
identificar
poner un orden
cerrar la mano
los últimos días de enero
juntamos las bolsitas
estallaban
las chauchas doradas
con ruido de maderas
saltaban en el aire
las semillas
brasas
(no lo invento yo
sucedía)
daban ganas de llevarlas a la boca
el secreto de la flor extraña y dulce
las cintas rojas que atan el cielo
nos protegen
empezaba a llover
amarillo como las flores
un perro
bajo el agua
vigilaba mi ronda
desanudar el tul
esconder algo
era el único vecino atento
al peligro de mi mano
menos
en nuestra atención minuciosa confiamos
que en la ligera distracción de la naturaleza
puse la semilla entre algodones
la alimenté con agua limpia
del germinador a la tierra
dos cotiledones anuncian que está viva
ahora
son cuatro latas
con sus cuatro germinaciones
el follaje azul y el movimiento
de abrir y cerrar
folíolos
se fortalece el tallo alimentado
de mis amores
pero no es tiempo
todavía
de trasplantarlas
a la intensa agitación del patio
mecidas
en la vida artificial
bostezan
cubriéndose la boca
puede llevar años
la encarnación de una flor
su vestido
adoración
la
lluvia era una taza blanca
un
poco transparente
la
llevábamos a la boca
dulce
y fría
tenía
pintada una garcita azul
suspendida
sobre las varas de los juncos
vigilaba
el orden de las nubes
posadas
sobre nuestros ojos
el
remolino en el centro oscuro
no
hablábamos de cosas humanas
empezamos
a movernos
tras
un caballo estrella
buscaba
el refugio frágil
de un
sauce
que
le bajara el agua en pétalos
deshaciéndose
lo
peinara
como
recién nacido
la
lengua de su madre
pero
todo era inalcanzable
se
iba a nuestro paso
entonces
me
señalaste
entre
los pastos
los
ojos de un zorro
pudimos
mirarnos
por
un instante invisible
amor
eterno
nos
juramos
soplo
giraba
sobre el yuyal
posarse
parecía
en un
don diego cerrado
naranja
bajó
perdido
en el mar
de
puntas erizadas
de
enero
algo
fue a buscar
en la
tierra
si el
viento quería
mostraba
su
antifaz de pícaro
sabelotodo
benteveo
había
visto descender
justo
ahíí justo ahíí
algo
oscuro
un
abejorro
mariposa
negra
o el
salto de un grillo
¿quién
sabe?
sabe
el benteveo
que
bajó a comer
ojo
aguja
su
puntada en el agua
seca
olivillos
grises
gramilla
ortigas
de
tallos quemados
un
jazmín
no me
olvides
que
cayó de mi patio
después
el vuelo
y
adiós
todo
fueron
segundos
ahora
pierdo
la mañana
por
el rayo negro y amarillo
¿cómo
puede deshacerse
el
tiempo
en
una sombra
iluminada?
¿qué
quiero saber
que
mi perra
despreocupada
entiende
y se
echa a dormir
después
de la visita
desatenta?
los
versos rozan
la
orilla del silencio
un
contorno
de
restos gastados
algas
huesos pinzas caracoles
el
secreto permanece
bajo
la línea
de
flotación
benteveo
dibujado minucioso
regalado de la belleza
cada trazo
en picada sobre el día
levantás tu alimento
y te vas
anunciando el instante
tu reino
3.
no el
aromo
la
acacia trinervi
alumbra
los últimos días
del
invierno
amarillo
amarillo amarillo
repite
el mar contra la playa
abre
su boca para tragarse
troncos
ramas hojas
y las
flores
que
enhebran coronitas
entre los médanos
noviembre
¿y si
después olvido todo
el
aire por ejemplo o el celeste
si
olvido el nombre del celeste
y no
puedo decir
no
digo
que
son minúsculos y celestes
y no
sé qué es
este
perfume o voz sobre los árboles
qué
hice hasta hoy o el nombre
de la
hoja
que
atraviesa?
Me gusta mucho Laura. Conocía Cartas a la mosca, que es del año pasado, no este libro, que también me gusta mucho. Es notable lo que hace con los pequeños animalitos y las plantitas; esa Barba de chivo es uno de los que más me gustaron. Gracias, Val, siempre más allá de las encuestas, vos, eh?
ResponderEliminarGracias a vos por la lectura y el comentario. Me alegra que te guste la poesía de Laura y que te sigas dejando sorprender.
ResponderEliminar