sábado, 1 de febrero de 2014

Alejandra Méndez




Alejandra Méndez (Santa Fe), Tarde abedul, La Pulga Renga, 2013.














La tríada

Era de Francia
el ramaje inaugural del padre.

Ese adentro quebrar de voces
como quien traga la tierra.

Las manos fascinadas por el arte
se mecían al sol,
irrisorias.

Hutspot en la mesa
servida del domingo.

Mudanza de los ríos
en los ojos
que ya no ven.

Rara procesión de tormentos
de la guerra.






 “Para qué vivir en blanco,
cuando la vida es roja” –decías,
olvidando el desparpajo
de la muerte.

Vuela la tríada
de San Juan de Luz
inundada de verdor
(hayas, brezos, robles,
tejos, castaños, abedules)

Yo encarno los secretos
toscos y huesudos
de los rasgos.

Y aún los veo reunirse
adecuos al temor o a la virtud.

En el patio trasero
del recuerdo –sustraídos–
hablando de sus hijos.





De la manera en que me salvo

No uso reloj en la muñeca
(es triste el mundo de los ajustados)

No uso gafas oscuras de sol
(es triste el mundo de los escondidos)

No uso paraguas de la lluvia
(es triste el mundo de los protegidos)

Me salvo así
(o eso creo)

De pensar el control de los objetos.
De pensar la distancia de los otros.
De pensar que la lluvia es una maldición.















No hay comentarios:

Publicar un comentario