domingo, 13 de agosto de 2017

Cecilia Figueredo



Cecilia Figueredo (Entre Ríos), De ahora en más, Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2017.






























Empatía


A Mariano López

Muchas estrellas caían
en las noches desveladas
de Paso de la Lana.
Caían a intervalos
imposibles de medir como sabemos.
Iban cayendo, sin embargo,
con la frecuencia exacta
para que pudiéramos pedir un deseo
y tuviéramos tiempo
para pensar en el siguiente.













Marea baja

Todas las cosas
tenían cara
de sala de espera
y sin embargo
hubo unos jazmines
entre hojas desordenadas
verdes y pequeñas
que me miraron.












Entre líneas

Capas,
debajo de otras capas
de papel biblia.
Ruido de papeles que se rozan.
Capas infinitas,
superpuestas.
Hay una trama de finas líneas
imperfectas, horizontales,
que hacen sombra unas sobre otras.
Podemos mover los sedimentos,
develar,
buscar más abajo,
adonde se concentra el color.
Dejar que cada hoja
se vea a trasluz
y que suene
con el movimiento natural
del viento que recibe.












Leve caída de párpados.
No como la lluvia inesperada,
no como los vientos estivales,
no como la permanencia de tu voz
en una palabra de un poema
que decidís leer.
Leve caída,
como el universo
cuando se ordena perfecto
y no lo podemos creer.












Un rayo de luz

Debajo de la sombra verde
de esta mañana puedo pensar
en tu voz cuando me dice
que el amor se diversifica
como nunca habías imaginado.
Se refracta innumerables veces
como la luz que atraviesa estas ramas
y se disemina a nuestro alrededor.
Ahora sólo se me ocurre pensar
que una mano sobre una mejilla
es suficiente para tanta profundidad.
Y frente a eso cualquier argumento
se desvanece. Saber que el amor es sólo
un rayo de luz capaz de atravesar
la copa de un árbol frondoso.












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